“Sería un milagro”, solía pensar el presidente del Novás, Andrés Senra, de la posibilidad de ascender a la Liga Asobal. La aspiración del club rosaleiro consistió, durante muchos años, en ascender a División de Honor Plata, como en dos ocasiones anteriores, y permanecer en ella, como nunca antes. El tercer ascenso llegó en 2018, bajo la batuta de Isma Martínez. Hermida firmó la primera permanencia en 2019 con un gol en Ciudad Real en el último segundo. Con Quique Domínguez al frente se peleaba incluso por el play off cuando la pandemia lo interrumpió todo en 2020. Álvaro Senovilla tiene ahora mismo al Novás tercero empatado con el Antequera; en puntos de Asobal. “Hecho no explicable por las leyes naturales y que se atribuye a intervención sobrenatural de origen divino”, define el diccionario. También “suceso o cosa rara, extraordinaria y maravillosa”. Los milagros son de Dios. Pero “Dios hace aritmética”, sostenía Gauss. Cualquiar milagro se sustancia en cifras de esperanza y dolor.

El equipo que entrena Senovilla ha pulverizado los registros históricos y transita por territorios desconocidos. Doce victorias, tres empates y tres derrotas en la primera fase; cuatro victorias y una derrota en lo que va de segunda. El Torrelavega es líder con 21 puntos; detrás, Antequera, Novás y Barça B, que no cuenta para el ascenso, con 17. El San Pablo Burgos se aleja ya a 13. El ascenso premiará a los dos primeros. Aunque faltan cinco jornadas, todo apunta a la decisiva visita del Antequera a O Rosal. Los gallegos cayeron por 31-29 en la ida.

“Desde el club estamos muy ilusionados, aunque sabemos que es difícil”, precisa Andrés Senra. “Existen motivos para creer en el ascenso y ahora lo vemos más cerca gracias a la regularidad y solvencia del equipo. Pero las cuentas se han complicado”, admite. En los cálculos ha flaqueado el Barcelona B, juez sin parte en la contienda. El poderoso filial azulgrana, que ya fue rival del Novás en el grupo inicial, ha perdido contra Torrelavega y Antequera. Las convocatorias con el primer equipo no han ayudado a que restase los puntos deseados.

Otras cuentas también se han amargado. El Novás es un club de gestión modélica. Pero sus campañas más ambiciosas han coincidido con la parálisis provocada por la pandemia. O Rosal tiene 6.300 habitantes. Antequera sobrepasa los 40.000 y Torrelavega, los 50.000. Burgos, el quinto clasificado, se sitúa ya en 176.000. Si el Novás ascendiese a Asobal, representaría a la segunda localidad más pequeña desde que la patronal de clubes regenta la División de Honor. Nava de la Asunción, con 2.700 habitantes, marca el mínimo.

La identificación de la población o del conjunto del Baixo Miño –con el Guardés como referencia femenina– con el Novás le había permitido paliar esta inferioridad demográfica. El club había bordeado los 1.000 socios en las últimas temporadas. La obligatoriedad inicial de jugar a puerta cerrada y el límite actual de 200 espectadores han rebajado esa cifra a poco más de 400. El Novás tiene un presupuesto de 300.000 euros. En recaudación de carnets y entradas ha sufrido una caída de 60.000 euros en sus ingresos. “Una barbaridad”, admite Senra. Y otros gastos se han incrementado. La época implica combinaciones más escasas y caras en vuelos a Cataluña. El formato obliga a realizar largos viajes por carretera a Andalucía. La estancia en Antequera cuesta habitualmente 2.000 euros y se ha duplicado.

La directiva se trabaja los patrocinios privados. Patean las calles, tocan todas las puertas, descuelgan todos los teléfonos. Han conseguido reunir un centenar de firmas colaboradoras, desde los 100 euros a los patrocinios principales de Acanor y Valinox. Pese a todo, ahora mismo quedan alrededor de 15.000 euros del presupuesto por cubrir. “Estamos agradecidos a los que están ayudando, pero estamos muy justos”, evalúa el presidente, que se devana los sesos junto a sus compañeros. Su inventiva es famosa: vídeos promocionales, presentaciones imaginativas... Lo último ha sido sortear la posibilidad de ver los partidos desde un sofá ubicado en la cancha, a lo que han añadido el catering en bicicleta de una bocatería próxima. “Si tuviéramos el dinero de los socios, no nos romperíamos tanto la cabeza”, reconoce Senra. Cada céntimo cuenta. Los milagros exigen goles, litros de sudor y dinero. Lo había anticipado Galileo: “Las matemáticas son el lenguaje con el que Dios ha escrito el universo”.