La montaña rusa que vive el Atlético Guardés hace parada hoy en la Liga después de haber recorrido el resto de competiciones en curso durante los últimos días con desigual resultado. Después del palo que supuso la eliminación europea a manos del Rincón Fertilidad llegó la satisfacción de clasificarse para la fase final de la Copa de la Reina después de remontar la desventaja de tres goles con la que el Zuazo se presentó en A Sangriña hace tres días.

Superada esa fase de partidos que no ofrecen segundas oportunidades, donde la competición se resuelve casi por la muerte súbida, el equipo de José Ignacio Prades regresa a la “relativa calma” que trae la Liga. Lo hace esta tarde en A Sangriña donde recibe al Granollers en un encuentro muy interesante y en el que se enfrentan dos equipos que marchan igualados en la clasificación en el tercer puesto de la fase por el título. Ambos están muy lejos del Bera Bera y a tres puntos del Rocasa que persigue a las vascas en busca de discutirles el título de Liga, una tarea realmente compleja.

El partido de esta tarde reúne muchos ingredientes atractivos ya que, al margen de la igualdad, ambos conjuntos tienen muy cerca al Rincón Fertilidad, al Elche e incluso al Aula Cultural en la pelea por meterse en competición europea la próxima temporada. Con la igualdad y exigencia de esta fase de la competición esa batalla es posible que se resuelva en muy pocos puntos, de ahí que cada encuentro (y más los de casa) cobren una especial importancia. El que gane esta tarde habrá dado un paso muy importante y para el que pierda será un importante revés que le puede hacer perder más de un puesto de golpe. Las de Prades esperan mantener la buena imagen ofrecida en el último encuentro en casa ante el Zuazo, sobre todo en el segundo tiempo en el que pasaron por encima de las vascas para asegurar su presencia en la fase final de la Copa de la Reina.