Las jugadoras del Spar Girona conforman el corro de celebración antes de agotar la última posesión. El bocinazo resuena en La Fonteta, de gradas vacías, y desata el júbilo. El equipo catalán se ha impuesto al Valencia por 72-62. Se ha proclamado campeón de la Copa de la Reina en su quinta final consecutiva. En las cuatro anteriores había perdido a manos del Perfumerías Avenida salmantino, al que en esta edición eliminó en semifinales. En el vestuario habían bromeado antes de la cita, quizá por aliviarse la tensión: “Ya tenemos a la reina en el equipo”. Se referían a Laia Palau. La base barcelonesa, fresca a sus 41 años, añade otro título a su interminable palmarés. Todas son ahora reinas, sin embargo. También María Pérez Araújo, que conquista su primer gran trofeo a los 23, tras el aperitivo de la Supercopa en septiembre de 2019. María ya puede sostenerle la mirada a la reina madre, Ángeles Araújo, miembro de aquel Celta glorioso de los setenta y ochenta. La sucesión se completa.

“Tanto veteranas como jóvenes teníamos ganas de llevarnos esta Copa. No íbamos como favoritas. Cuando ves que la tienes en tus manos, te emocionas mucho más”, describe María. “En los momentos que estamos viviendo, cuando ganas un trofeo así es especial”.

La viguesa ha firmado un torneo primoroso. Figura entre las más utilizadas por Alfred Julbe: en cuartos de final ante Estudiantes (73-55), 24 minutos, 16 puntos, 8 rebotes y 1 asistencia; en semfinales ante Salamanca (78-91), 30 minutos, 3 puntos y 4 rebotes; en la final, 20 minutos, 10 puntos y 3 rebotes. “Estoy muy contenta. El equipo ha sabido hacerme un hueco en su estilo de juego. Soy un cuatro un poco fuera de lo normal, ya que juego muy abierta”, analiza. “Teniendo jugadoras tan buenas al lado te hacen ser mejor. Espero que quede mucho camino por recorrer y progresar”.

El éxito gerundense adquiere su mérito preciso en la descripción del itinerario. El Spar Girona es el líder oficial en la Liga Femenina, con 24 victorias y 3 derrotas, pero gracias a los partidos aplazados de Perfumerías (25-0) y Valencia (24-1) –a la derrota se le adjudica un punto–. El cuarto clasificado es el Estudiantes (16-9). Ninguna victoria se podía entender como garantizada. La encrucijada decisiva, no obstante, estaba en las semifinales. Girona y Perfumerías, enemigos íntimos, se han repartido las ligas durante el último lustro (dos para las catalanas, tres para las castellanas), siempre derrotando al otro en el play off. En la Copa, ya se ha dicho, el Perfumerías se había impuesto. “Ellas eran las favoritas”, admite María sobre las salmantinas. Su registro impoluto en la Liga Femenina así lo refrendaba. “Sabíamos que teníamos que desarrollar nuestro mejor juego. Fuimos capaces de superarlas y luego ya nuestra mentalidad era que no se nos podía escapar la Copa después de haber conseguido tumbar a todo un Salamanca. Estábamos muy convencidas”.

A estos dos eternos duelistas les aguardan nuevas batallas. Girona y Perfumerías se jugarán el pase a la Final Four de la Euroliga. Será en la burbuja de Salamanca, el 17 y 19 de marzo. “Parecían intocables, que no se las podía ganar, y al menos ahora tenemos esa confianza de que ya las hemos ganado”, advierte María Araújo.

Pero aún quedaba la final de la Copa. Las de Julbe supieron enfocar esa energía sin relajarse ante un Valencia al que el sostén financiero de la familia Roig ha convertido en un contendiente serio en escaso tiempo. El Valencia se siente heredero del Godella que imperó en los noventa, antes de su traslado al Getafe, o del Ros Casares, que dominó con mano de hierro el escenario español a comienzos de siglo. En 2018, el nuevo equipo del Turia ascendía desde Liga 2 tras sufrir lo indecible ante el Celta Zorka, que estuvo a una canasta de la gesta. Hoy amenaza a Girona y Perfumerías. “El Valencia viene pitando muy fuerte. Ha construido durante estos años un equipo para estar arriba y pelear por los títulos”, confirma María. “Es bueno porque la Liga Femenina crece, va a haber mucho espectáculo y espero que más gente lo vea”.

Una de las célticas que hizo temblar a los 6.000 espectadores de La Fonteta aquel 29 de abril de 2018 fue la adolescente Raquel Carrera. Deslumbrados, los directivos levantinos anotaron el nombre en su agenda, la ficharon por cinco temporadas en 2019 y tras cederla al Araski, la han convertido en pieza de presente y futuro. María y Raquel, que tiene 19 años, no llegaron a coincidir en la estructura celeste. María se mudaba a Ferrol justo cuando Raquel llegaba desde Ourense. “Va a dar muchas alegrías a este deporte”, le augura. “Le espera un camino muy largo. Es muy joven. Le queda mucho por recorrer, por vivir, por disfrutar y por demostrar también”.

No pudo brillar Carrera en la final: 4 puntos y 1 rebote en 12 minutos. En el otro bando, y también en el otro extremo vital, la incombustible Laia Palau: 9 puntos, 3 rebotes y 5 asistencias en 24 minutos. Y con ese entusiasmo que maravilla en quien debía suponerse saciada: campeona liguera en España, Francia, Polonia y República Checa,con dos Euroligas, tres Europeos y una colección infinita de medallas mundiales, olímpicas... “Sin duda es el mayor mito del baloncesto femenino”, se emociona María. “Nadie ha ganado lo que ella. Soy muy afortunada. Tengo muy buena relación con ella e intento aprender lo máximo posible. Me toca ser como una esponja y aprender”.

Su otro referente ha estado siempre en casa. De su madre, Ángeles, heredó la estatura, el amor al baloncesto y el celtismo (también se formó en el Seis do Nadal). María celebra la clasificación de su exequipo para la fase de ascenso, la tercera en cuatro años: “Llevan mucho tiempo haciendo muy buen trabajo. Siempre lo han hecho, tirando de cantera. Ojalá este año consigan ascender. Sería la más feliz de poder tener al Celta en Primera”. Queda imaginarse igual que con el Girona, pero vestida de celeste: “Como para no soñar, acabar donde empecé, estar allí disfrutando con la camiseta del Celta... Pero no sé aún dónde voy a estar mañana. Yo, al Celta, le deseo lo mejor”.

Tokio, un sueño al alcance

La pandemia ha reprogramado el calendario y apelotona las citas. El torneo de baloncesto de los Juegos Olímpicos se disputa del 24 de julio al 8 de agosto. 2021 era año de Europeo y se mantiene, pero anticipándolo. España y Francia lo organizarán conjuntamente del 17 al 27 de junio. Suecia, Bielorrusia y Eslovaquia serán los rivales españoles en Valencia, según lo sorteado ayer. La duplicación de esfuerzos, el adiós abrupto de Anna Cruz o la incertidumbre con Xargay obligarán a Lucas Mondelo a exprimir este verano al grupo con el que suele trabajar en las concentraciones. Araújo forma parte de él. Aunque las ausencias no se acumulen en su posición, su ductilidad la favorece. “Una vez que estás dentro de ese círculo, de ir entrando en las quince jugadoras que llama Lucas, te sientes más cerca”, admite la viguesa. “Yo sigo soñando con ello. Seguiré dando lo máximo por si tengo la oportunidad de disfrutar de la selección”.