Esta Supercopa tiene un nombre. Más allá del gol de Willams, del papel de Raúl García o de las buenas decisiones que hayan podido tomar los jugadores. Marcelino acapara el foco. Hace solo doce días que llegó a San Mamés atraído entre otras cosas por la posibilidad de hacer historia en apenas unos pocos partidos. Y a la primera ha conseguido levantar la Supercopa tras transformar a un deprimido Athletic en el corajudo y ordenado equipo que fue capaz de apear al Real Madrid en semifinales y al Barcelona en la final.

Pero hay muchas más historias en este título. La Copa del Rey que le dio al Athletic derecho a estar en esta Supercopa que ha conquistado ante el Barcelona quedó para el recuerdo como ‘la Copa de los milagros’ rojiblancos ante lo agónico de su clasificación hasta en cuatro ocasiones.

Y, como queriendo ocupar el sitio de la final de Copa aun por disputarse ante la Real Sociedad, esta Supecopa no se quiso quedar atrás y el Athletic obró otro milagro. Esta vez fue Villalibre el que lo hizo. Posiblemente, el que hubiese elegido la tan estupefacta como feliz afición bilbaína.

El ‘Búfalo’ empató en el minuto 90 una final que se fue a la prórroga y en la que luego completó la remontada un golazo de Iñaki Williams. Oscar de Marcos había igualado primero el tanto con el que Antoine Griezmann, que metió los dos del Barcelona, había abierto el marcador.

Villalibre tomó así el relevo de Yuri Berchiche, héroe dos veces, en octavos y en semifinales, Iñaki Williams, verdugo Barça en cuartos, y una interminable tanda de penaltis en dieciseisavos.

Comenzó su relación con lo indescifrable el Athletic en Elche, donde se clasificó para octavos de final tras una tanda de penaltis eterna en la que tuvo que superar cuatro ‘match balls’ seguidos.

La continuó en Tenerife, con un empate de Yuri al final de la prórroga que dio paso a otra tanda a la que puso la guinda precisamente Villalibre.

Ya ante rivales más temibles, Williams apareció al filo de la hora para peinar un balón imposible ante Sergio Busquets que se le hizo imposible a Ter Stegen e irremontable al Barça.

Y terminó la lista de milagros coperos del Athletic, que todavía no tiene porqué estar cerrada a falta de disputarse la final, con el recordado gol de Yuri en Los Cármenes que deshizo la remontada con la que el Granada soñaba hacer más historia aún de lo que ya hizo llegando a semifinales.