El Mundial de motociclismo ha sido una de las grandes competiciones del mundo del deporte que ha sabido y podido celebrar, con toda la cautela del mundo y 25.000 tests y PCR entre los 1.400 protagonistas del paddock, un campeonato completo, con 15 grandes premios y, finalmente, proclamar a sus tres campeones. Y lo ha hecho con tan solo 28 positivos por Covid-19 a lo largo de los últimos cinco meses, lo que significa una conquista sin precedentes.

La compañía Dorna, liderada por su CEO, el catalán Carmelo Ezpeleta, la asociación de fabricantes (MSMA), la agrupación de equipos (IRTA), los pilotos, los periodistas, los organizadores, los patrocinadores y, por supuesto, la afición, que no ha podido acudir a los circuitos... Todo el mundo ha tenido que sacrificarse, de una y otra manera, para que el campeonato se celebrase en unas condiciones inusuales.

“Desde el mismo momento en que nuestros inversores (la compañía inglesa Bridgepoint y el fondo de inversión canadiense CPPI) nos dijeron que tirásemos adelante, nuestro proyecto de Mundial exprés, asegurando que los años precedentes habían sido muy buenos y por tanto teníamos colchón económico para aguantar al menos toda esta temporada, todo fue posible gracias al compromiso y complicidad de todas las partes”, comenta Carmelo Ezpeleta.

“Una cosa está clara, este Mundial es de la gente del paddock. Ha habido tres campeones y un montón de protagonistas, ¡claro que sí!, pero este campeonato lo han ganado las 1.400 personas del paddock, desde el primer piloto a la última señora de la limpieza, que se han portado admirablemente, soportando toda las complicaciones y esclavitudes que comportaba luchar contra el contagio”, añade el doctor Ángel Charte, jefe del equipo médico del Mundial.

Es evidente que cada control de cada gran premio era una auténtica angustia, en el sentido de que todo el mundo debía esperar, semanalmente, el resultado del PCR para saber si podía o no acudir a la carrera. El propio Ezpeleta, de 74 años, a quien recomendaron que se quedase en casa, fue el primero en acudir a cada carrera. “Solo faltaba que embarcase a todos en esto y luego me quedase yo en casa”, argumenta.

“Voluntad, sacrificio, autoconvicción e, insisto, triunfo final del paddock, que es quien ha ganado este Mundial y derrotado al virus”, remarca el doctor Charte. “No olvidemos que ha sido durísimo y que las condiciones de vida han sido únicas y excepcionales. La gente ha cumplido, incluso encerrándose en hoteles, comiendo de cualquier manera, casi como presos, y ha tenido una vida muy sacrificada. Pero era la única forma de sacar adelante el campeonato”, indica como final feliz el responsable del dispositivo que ha velado por la salud de todos.