Qué bonito es ganar remontando. Da un valor especial a los tres puntos. Porque fue un partido de ida y vuelta, de enorme emoción, de claras oportunidades en ambas áreas, de un Bembrive que tuvo numerosas ocasiones en el primer periodo pero que se fue al descanso con un agónico 0-1, y de un oponente que también gozó de ocasiones para apuntillar el 0-2. Pero paga siempre quien perdona.

As Travesas, coliseo curtido en glorias deportivas, añadió una más a sus 52 años de historia. En el Central, cinco minutos pueden ser una eternidad y el conjunto ourensanista ya lo sabe. Con Clau demostrando inmensa calidad, incluso en alguna situación que, con las ayudas, la rodeaban tres jugadoras, el Bembrive tuvo las primeras ocasiones. Pero faltaba puntería o sobraba portera del Envialia. Y, de repente, el mazazo del 0-1 (Adriana), en una jugada precedida de falta a una jugadora viguesa para robar el balón.

El Envialia B había tenido dos avisos previos (Zaide Pérez, de zurda, ligeramente desviado, y Nerea), pero Centeno y Clau -en el área-, tuvieron opciones para festejar el primer tanto vigués.

“Pitu” pedía a sus jugadoras pocos errores, tensión, pelea. El tanto rival dio alas al Ourense, que pudo hacer el segundo (Moraima). Perdonó y Claudia siguió martilleando la portería del Envialia. De cerca, de lejos, de frente, de espaldas, con un control de la pelota extraordinario, generando ocasiones con trabajo del equipo o directamente por su clase. Aunque se desesperaba. La exjugadora de División de Honor tuvo el empate a 3:02, recibiendo de espaldas, aguantando y llevándose a su rival, pero salvaba la guardameta visitante.

Pero en As Travesas el tiempo se ralentiza y las de “Pitu” lo vivieron en primera persona en el segundo periodo. Apareció el huracán Bembrive. Laura Centeno tenía un mano a mano con la guardameta ourensana con once segundos jugados. El Ourense respondía y Marina se lucía con dos intervenciones seguidas. A siete minutos del final llegaba el abrazo permitido, el del primer gol en la categoría.

Después, la locura. Laura mandaba un ‘pepinazo’ al larguero, Eva tenía el gol pero se le iba fuera y Nerea Lorenzo dio el último susto a las de “Pitu”. El Envialia sentaba a su portera para ataques en superioridad. Hasta que apareció Clau, su “pichichi”. Regate en el ala derecha, medio metro de margen sobre su rival y trallazo a la escuadra. Se paraba el crono con 121 segundos por jugarse, pero ya había un equipo ganador.