Un Barcelona apático, que pareció no guardar ningún parentesco con el que venció en Turín hace una semana, se impuso por 2-1 a un diezmado Dinamo de Kiev que consiguió hacerlo sufrir hasta el último instante.

El encuentro amaneció con la posibilidad del Barça de sentenciarlo en la primera decena de minutos. Pero los de Koeman tan solo aprovecharon una de las cinco oportunidades de gol que generaron en ese periodo de tiempo, durante el cual el Dinamo de Kiev mostró las carencias provocadas por las múltiples bajas que le dejaron con tan solo 13 jugadores del primer equipo.

Aterrorizado por la aparición de Leo Messi dentro del área, el instinto de Popov puso la pierna derecha del central ucraniano de forma desmedida para cortar el avance hacia el gol del argentino. Michael Oliver, el árbitro, señaló hacia adelante, perezoso, y tuvieron que pasar unos segundos para que todo el mundo tuviese claro que el inglés mandaba el partido al punto de penalti.

El imberbe Ruslán Nescheret se encontró a sus 18 años y en su segundo partido como profesional con el reto de pararle un penalti a un tal Messi, que cumplió su encuentro 150 en competiciones de clubes de UEFA. El muchacho no se quedó lejos de la gloria, pero acertar que el disparo del 10 iría hacia su izquierda no fue suficiente para él.

Cuando el partido se dormía sin remedio a falta de 10 minutos para el descanso Buyalskiy cazó con la cabeza un balón que no se convirtió en el empate porque Ter Stegen sacó una mano derecha esculpida en mármol que mandó la euforia visitante por encima del larguero.

El eco del trueno aún se escuchó en el primer minuto del segundo tiempo, cuando Viktor Tsygankov, autor del gol de Ucrania ante España el 13 de octubre, gracias a un contraataque se plantó solo en el jardín de Ter Stegen, quien tuvo que convertirse en un gigante para evitar el desastre.

En el córner posterior, Kedziora superó de cabeza al guardameta alemán, pero el árbitro anuló el gol porque consideró acertadamente que el centro había rebasado la línea de fondo.

Pero los sustos siguieron llegando y las paradas de Ter Stegen hasta que Piqué marcó con media hora por delante. Los ucranianos encontraron el premio a poco del final y aún le dieron emoción al final.