Pocos meses después de que el mundo perdiera a Kobe Bryant y a su hija Gianna en un trágico accidente de helicóptero, los Lakers na vuelto a levantar el título de la NBA. Hacía 10 años que eso no sucedía. Habrá quien piense que existe una conexión. Podría verse como justicia divina. Sea como sea, Lebron James ha tenido mucho que ver también en ese regreso a la cima.

Muy bien respaldado por Anthony Davis, y con la colaboración de una plantilla hecha a medida con expertos como Rondo o Green y también savia nueva, Lebron ha conducido a los Lakers a cerrar la temporada más larga de la historia (cinco meses de parón) con el 17º título de la franquicia, igualando la marca de los Celtics. Una muesca más para venerar la carrera de uno de los más grandes de la historia.

En un sexto encuentro para el recuerdo, los Lakers ofrecieron su versión más arrolladora y liquidaron a los Miami Heat por 106-93, después de ir ganando por hasta 30 puntos. Así puso el equipo angelino el lazo del 4-2 a unas finales que confirman también a Lebron como el Rey.

Empeñado en seguir escribiendo la historia, camino de los 36 años (los hará el 30 de diciembre), la estrella angelina sumó su cuarto anillo y su cuarto MVP después de una nueva exhibición con triple doble (28 puntos, 14 rebotes, 10 asistencias), con la que fue fiel a su palabra. "Quiero continuar su legado", dijo en un acto de recuerdo a la Black Mamba poco después del accidente aéreo. Promesa cumplida. Tras la victoria, los gritos de "¡Kobe, Kobe!" sonaron en los balcones de Los Angeles durante la celebración, confirmando que la pérdida del legendario jugador ha sido el principal leiv motiv.

"Todo lo que hemos hecho ha sido por él. Sabemos que allá arriba estará orgulloso de nosotros", explicó Anthony Davis, el jugador que llegó en verano para dar el último empujón a la plantilla. Sus números (19 puntos, 15 rebotes) y su perfil dominante han sido el respaldo perfecto, en un binomio con Lebron que ha funcionado sin egoísmos ni envidias.

Lebron quiso compartir también su momento de gloria con la propietaria de los Lakers, Jeannie Buss, con el mánager general Rob Pelinka, con el técnico Frank Vogel y con los aficionados que no han podido estar presentes en la burbuja.

"Le dije a Jeanie cuando vine aquí que iba a devolver a la franquicia al lugar que pertenece", recordó James en los discursos de celebración del título. "Queremos respeto, Rob quiere respeto, el entrenador Vogel quiere respeto, la organización, la nación Laker quiere el respeto. Y yo también quiero el maldito respeto también", proclamó James, que después de su primera temporada con los Lakers, condicionada por una lesión y la ausencia de los play-off, volvió a generar dudas en torno a su figura. Lebron las ha disipado levantando el título, igual que hizo con Miami (2012 y 2013) y Cleveland (2016).

Los Miami Heat, que disputaban las sextas finales de su historia, no se lo pusieron fácil a los Lakers ni siquiera tras el 2-0 en contra y las lesiones de dos piezas claves: Bam Adebayo y Goran Dragic, que finalmente han podido reaparecer.

El liderazgo de Jimmy Butler y la aportación de jóvenes talentos como Tyler Herro llevaron al equipo de Erik Spoelstra a mantener la esperanza. En el sexto partido, sin embargo, la superioridad física de los Lakers acabó imponiendose. Al final del tercer periodo (87-58) estaba todo decidido y solo Adebayo (25 puntos, 10 rebotes) pudo mantenerse competitivo, mientras Butler (12 puntos, 8 asistencias) y el resto desaparecía por completo.

Para los Lakers fue un final de cuento después de tres largos meses aislados del mundo en la burbuja de Disney World.