El consejero Miguel Otero se desmarcó ayer del resto de la directiva del Deportivo de A Coruña sobre la venta del club a Abanca y reclamó mayor "transparencia" acerca de un proceso que está a expensas de materializarse en un junta extraordinaria de accionistas. El que fuera presidente de la Federación de Peñas y también consejero del Lugo se aparta así de la corriente mayoritaria dentro del órgano de gobierno blanquiazul que encabeza Fernando Vidal. Otero, alineado al principio con el acuerdo de capitalización de deuda con el que Vidal accedió a la presidencia, exige ahora mayor "transparencia" sobre los términos de una operación que ya no ve tan clara y por la que incluso desliza alguna crítica hacia la entidad financiera que tomará las riendas del club en cuanto lo aprueben los socios. "Estamos a pocas semanas de que se materialice la venta del club a una entidad bancaria y la preocupación se palpa en el ambiente", indicó el consejero en su comunicado de ayer.

Argumenta Otero que existe "nerviosismo" en una parte del deportivismo como consecuencia de las decisiones que se han adoptado en las últimas semanas dentro del club. El todavía miembro de la directiva -la entidad blanquiazul no se pronunció ayer de manera oficial sobre la postura del consejero- menciona varios motivos para la incertidumbre: la disolución "el pasado 24 de marzo" de una comisión económica creada bajo su tutela para "analizar las cuentas del club", las dimisiones "en pleno confinamiento" de destacados ejecutivos del club, la falta de información que a su juicio existe alrededor de un proceso que no tendrá "marcha atrás" y las incógnitas sobre el futuro del Deportivo y su continuidad en la propia ciudad.

"¿Qué resuelve la capitalización o venta del Deportivo a diez años vista? A la vista de las cuentas, ¿no será mejor vender otro activo del club en lugar del propio club? ¿No estaremos malvendiendo la vaca para mañana tener que comprar la leche?", expuso Otero.

El consejero defiende que su cambio de parecer parte del análisis que ha llevado a cabo de las cuentas en las últimas semanas. Ya no está tan convencido de que la capitalización que permitirá convertir 35 millones de la deuda en acciones sea la mejor solución a los problemas del club. Entiende Otero que las obligaciones de pago han cambiado y que modificar la gestión sería una estrategia más eficaz.

El que fuera responsable de las peñas, y que fue escogido consejero en la asamblea del pasado mes de enero con más de 40.000 apoyos, sostiene además que la masa social deportivista debería disponer de toda la información. "A ver si va a resultar que el RCD no está tan escarallado y nos lo quitan de los fuciños", indicó en referencia a las palabras del presidente de Abanca, Juan Carlos Escotet, durante la presentación del acuerdo de capitalización. "Nunca habíamos visto una empresa tan escarallada", había asegurado el financiero.

Cuatro meses y medio después de aquel acto, uno de sus integrantes se desmarca de una decisión que modificará por completo la manera en la que hasta la fecha se ha entendido el Deportivo. De la propiedad fragmentada en miles de pequeños accionistas se pasará al control por parte de un único socio a través de una operación fraguada en un momento de mucha incertidumbre, con la posibilidad real de un descenso a Segunda B y unas obligaciones de deuda inasumibles en ese contexto.

Miguel Otero se había destacado anteriormente a enrolarse en la directiva de Vidal y aceptar el acuerdo con Abanca -todos los consejeros lo hicieron mediante un documento en el que se comprometieron a votar a favor en la junta- como un firme defensor de la estructura tradicional en el accionariado del club y acusó al expresidente Tino Fernández de intentar hacerse con el control de la entidad mediante la compra de acciones. El giro hacia posiciones contrarias al acuerdo le deja en una situación incómoda frente al resto del consejo. Pero Otero, que también figura dentro del club como administrador de las Deportiendas, no tiene pensado dimitir de su cargo.

Estas diferencias suponen además otra grieta dentro del órgano de gobierno del club después de la dimisión del director general, José González-Dans, para afrontar otros retos profesionales.

El anuncio de Miguel Otero llega todavía a la espera de que el club pueda concretar la fecha de la celebración de la junta de accionistas extraordinaria en la que deberá ser ratificado el acuerdo de capitalización de deuda con Abanca. La asamblea estaba inicialmente prevista en el mes de marzo, pero la epidemia de coronavirus obligó a aplazarla hasta que se levantaran las medidas excepcionales articuladas por el Gobierno y la Xunta. La idea del consejo de administración, según expuso en una comparecencia reciente el presidente, Fernando Vidal, es que se celebre a finales del mes de junio.