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La cancelación, un escenario inédito

Controversia sobre qué clasificación aplicar si la Liga no se reanuda, aunque el Celta se salva en los principales supuestos

Ha comenzado la cuenta atrás. La suspensión de las competiciones durante dos jornadas encuentra encaje en el calendario. Cualquier ampliación posterior del aplazamiento irá agotando las posibilidades. La cancelación de las competiciones; una hipótesis aún lejana todavía pero ya en el debate de las diferentes federaciones y patronales de clubes.

El panorama es variopinto, con distintas modalidades y momentos competitivos. En el fútbol se concentra tal complejidad. La más modesta de las categorías autonómicas está conectada con la Liga de Campeones a través del sistema permeable de ascensos, descensos y gratificaciones. La estructura jurisdiccional es igualmente polimorfa: compartida entre Liga y Federación Española en Primera y de la Española en Segunda B y Tercera; de las autonómicas a partir de ahí, aunque influida por la Española en aficionados y juveniles.

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"Esto es un laboratorio jurídico y reglamentario", comenta el secretario general de la Federación Gallega, Diego Batalla, sobre la situación a la que se enfrenta el fútbol español. Jamás se detuvo la Liga salvo durante la Guerra Civil y nunca a mitad de camino, ni siquiera con la ola de gripe asiática de 1957. Reglamentos y normativas no poseen un articulado que aborde el supuesto. Los responsables tendrán que adaptar aquellas herramientas de las que dispongan.

El artículo 188 del reglamento federativo indica que "en caso de fuerza mayor, la RFEF podrá suspender total o particialmente las competiciones, así como prorrogar o reducir periodos de inscripciones, en coordinación, en su caso, con la Liga Nacional de Fútbol Profesional, cuando así resulte legalmente oportuno". En el epígrafe sobre materias sujetas a coordinación en Primera y Segunda División, se establece que "las propuestas sobre el desarrollo de la competición, clasificación final y determinación de los clubes vencedores corresponden a la LaLiga, que necesitará el acuerdo previo de la RFEF para llevarlas a efecto". Se añade la creación de una comisión mixta para "analizar los cambios reglamentarios necesarios". Ya anticipa que "en caso de desacuerdo, será el presidente de la RFEF, u órgano en el que delegue, el que decidirá finalmente".

"El problema existente con la paralización de las ligas radica en la ausencia de regulación normativa para casos de fuerza mayor o pandemia como el que estamos viviendo", comenta Yago Casal, experto en derecho deportivo, de López&Casal Abogados. "En mi opinión las ligas deportivas deben de tenerse por no celebradas. Tener como válida la clasificación de la primera vuelta o la del momento de la paralización de las ligas provocaría una competición irreal e injusta, restando seguridad jurídica a sus participantes y seguidores".

Pablo Viana, también experto en derecho deportivo, apuesta por una solución diferente una vez agotadas todas las posibilidades de extensión y rentabilización del calendario. "Se han celebrado partidos oficiales que tienen un resultado y no son alterables. Realizar el corte en la primera vuelta no sería correcto. En mi opinión debería quedar el resultado en el momento en que se suspende la competición, tal como esté. Son circunstancias abslutamente excepcionales".

Viana anticipa conflictos que surgirán en caso de cancelación. "A ver cómo están regulados los contratos de televisión, con el 80 por ciento anticipado a los clubes a golpe de marzo y un baile tremendo de cifras. Pero las pérdidas las tendrá también cantinas, empresas de transporte, compañías aéreas...". LaLiga habla de que los clubes profesionales dejarían de ingresar 549 millones por derechos de televisión, 88 por abonos y 41,4 por taquillas. Pero el cese de actividad y esa previsión de pérdidas también abren la posibilidad a expedientes de regulación de empleo. Viana estudió este recurso precisamente cuando era asesor jurídico del Bilbao Basket. "Claro que es perfectamente viable. El Celta debería tener el ERE encima de la mesa". El expediente podría afectar tanto a empleados como a jugadores.

En un escenario cambiante, al Celta le cabe el alivio de que tanto al final de la primera vuelta como con la clasificación actual lograría la permanencia, no así el Celta B, que sí está ahora fuera de peligro pero que ocupaba puestos de descenso al final de la primera vuelta.

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