El Coruxo sufrió su tercera derrota consecutiva a domicilio, todas ellas sin perforar la portería contraria, frente a un Real Madrid Castilla que, al contrario, acumula cuatro presentaciones victoriosas en el Di Stéfano. La goleada sufrida se explica por la diferencia de pegada mostrada por unos y otros y por la inspiración del carioca Reinier, que anotó sus dos primeros goles con la elástica blanca.

Comenzaron muy fuertes los verdes, que en el primer minuto tuvieron su primera oportunidad. Tras una recuperación en el centro del campo, Barril ponía el balón hacia la carrera de Youssef por la izquierda, el centro de este lo despejaba Gila y el balón le caía franco a Antón Escobar, cuyo remate desde el interior del área lo taponaba Javi Hernández tirándose al suelo. Casi de inmediato, Añón enviaba un centro envenenado desde la derecha al que no llegaban ni Escobar ni Mateo por muy poco.

Sin embargo, el que se adelantó fue el Castilla en su primera llegada al área viguesa. El lateral Fran García centraba al segundo palo desde la izquierda, Baeza tocaba sutilmente y el brasileño Reinier fusilaba a Alberto para estrenar su cuenta goleadora con el filial blanco. El tanto calmó el ímpetu de los de Míchel Alonso y asentó a los de Raúl González, que tenían en Fran un estilete por su banda izquierda. Tras apoyarse en Fidalgo, llegó a la línea de fondo y Manu aparecía milagrosamente para desviar su pase de la muerte a córner, con varios futbolistas blancos esperando para el remate. Sin embargo, tras el saque de esquina y un primer rechace, el balón golpeaba en el brazo de Borja Yebra tras el disparo de Blanco. Penalti claro, tarjeta amarilla y gol de Fidalgo, engañando a Alberto abajo y a la derecha.

El Coruxo buscó recortar distancias sobre todo en acciones a balón parado, como un saque de esquina muy cerrado de Antón De Vicente que despejó con los puños Altube; el balón le volvió a Antón, cuyo remate raso desde el pico del área se perdía por la línea de fondo. Pero la más clara de todo el partido llegó tras un saque en largo de Alberto y un fallo en el despeje de Gila, que dejó solo a David Añón frente a Altube. El portero aguantó bien y logró sacar con el pie el disparo del coruñés.

A los doce minutos de la reanudación, Antonio Blanco definía perfectamente ante Alberto, tras una jugada de tiralíneas iniciada por Fidalgo y continuada por Marc Gual. Los verdes se lanzaron en busca de la portería de Altube y, lógicamente, también dejaron más huecos atrás, lo que derivó en un choque de ida y vuelta. Al final, llegó el cuarto gol, ya en el tiempo de descuento, en las botas de nuevo de Reinier, que remató totalmente solo un servicio de Marvin desde la derecha.