Leganés y Alavés firmaron un nuevo empate entre ambos (1-1), algo que parece haberse convertido en costumbre a juzgar por los últimos precedentes, tras un duelo en el que se acercó más a la victoria el equipo madrileño, pero sus méritos no fueron suficientes.

Afrontaba la cita el cuadro local inmerso en una racha de tres partidos sin ganar, siendo además el último de ellos una dolorosa derrota ante el Celta como colofón a un encuentro en el que jugaron contra diez la mayor parte del tiempo.

Una combinación al borde del área terminó por dejar solo a Lucas Pérez contra el cancerbero y el delantero del Alavés no falló para desesperación de la grada.

Miró entonces al banquillo Aguirre y dio entrada a Bryan Gil y Aitor Ruibal. Mudaron las piezas, pero no la receta y al final el ansiado servicio que acabase en gol terminó por llegar cuando Óscar ejerció con maestría de asistente y Carrillo se elevó imperial para igualar con un testarazo la contienda.