Tony Pérez deja con su adiós un legado de gran valor. "Esta disciplina la practica muchísima más gente de la que compite", subraya. "Ahora mismo está muy de moda y en el monte hay muchísima gente". Se da la casualidad de que en Vigo, cuando Coruxo fue el escenario de pruebas de la Copa del Mundo, entre 2005 y 2007, él estaba "desconectado" de la bicicleta. Fue en la época en la que competía en rallyes. "Quizá fuera uno de los puntales de aquella generación que hizo que aquello subiera y llegase a ese punto. Fue cuando se llegó a la cumbre a nivel descenso en Vigo pero yo eso no lo viví porque entonces estaba centrado en otras cosas". No fue ni como aficionado a ver las pruebas de Fragoselo. "Sabía que si iba a verlo lo pasaría mal", reconoce. "No viví en persona ninguna Copa del Mundo en Vigo. Lo mismo me pasó con los coches, cuando lo dejé y volví a la bici tenía el coche en casa guardado, pero no iba a ver rallyes, porque lo había dejado porque no había medios para seguir al nivel que yo quería", reconoce. Ahora la situación es otra: "La filosofía es otra y mis expectativas son otras. Tengo a mis hijos detrás y quiero seguir montando en bici y acompañarlos a ellos cuando les apetezca, o si hay alguien que se quiera valer de mi ayuda o mi conocimiento también estoy abierto. No voy a dejar de montar en bici", dice.