Mucha intensidad y fortaleza defensiva, pero poca creatividad es lo que ofrecieron ayer el Pontevedra y el Ibiza en su tercer enfrentamiento de la temporada, que acabó con un justo reparto de puntos al no lograr ninguno de los dos equipos batir la portería rival. Hubo un evidente paso adelante de los granates con respecto a anteriores encuentros, con mejoría en cuanto a intensidad y solidez, y también con respecto a los anteriores duelos contra el propio Ibiza, en los que había perdido 2-1 (en la primera vuelta de la liga) y 0-2 (en la primera eliminatoria de la Copa del Rey), pero hasta ahí llegó la evolución del equipo de Carlos Pouso, al que una vez más le costó mucho generar ocasiones de verdadero peligro y las pocas que creó no las supo aprovechar.