El Coruxo vivió este domingo una de esas mañanas extrañas en las que todo parece que se conjura en contra, pero que tienen un final feliz. Y es que el equipo de Michel Alonso llegaba a este importante encuentro ante el Las Palmas Atlético con muchas incógnitas.

Una semana más el técnico no pudo completar la convocatoria, ya que además de los lesionados, Borja Yebra no podía estar por motivos personales. Los problemas aumentaban con las intensas lluvias caídas en los últimos días, que impedían que O Vao evacuara toda el agua, con lo que el campo estaba muy blando, obligando a un esfuerzo físico cuasi heroico en una plantilla físicamente tocada y que mañana debe afrontar un nuevo partido.

El cuadro canario se adaptó muy fácil a las condiciones del terreno de juego. Comenzó a jugar en largo para que el esférico no se quedara frenado por el agua y aprovechaba los centros de Robayna para llevar peligro. Tanto fue así, que a los quince minutos de juego Juan aprovechaba un saque de falta del centrocampista canario, para poner por delante a su equipo.

Un pase milimetrado de Barril, que fue de menos a más, habilitó a Álex Ares para que empatara el partido. Sin hacer mucho más, el Coruxo le daba la vuelta al partido a cuatro minutos para llegar al descanso, con un centro de Antón que Lucas cabecea con la coronilla para que se colara por el segundo palo ante el asombro de propios y extraños. Un primer tiempo en el que sin hacer nada extraordinario, los vigueses habían marcado dos goles, remontando un partido que en sus primeros minutos de juego tenía muy mala pinta.

El partido dio un vuelco casi decisivo a los tres minutos de la reanudación, cuando Juan toca el balón para meter en su propia meta un potente disparo de Álex Ares. Con el marcador a favor, el Coruxo estuvo mucho más cómodo sobre el terreno de juego. Los vigueses se olvidaron de jugar sobre un césped que impedía el control, y buscaron más el pase el largo intentar sorprender a los canarios.

Un ejemplo del juego de los vigueses fue el cuarto gol, en el que Diego Silva lo hizo absolutamente todo, y en el momento de disparar le cedió el balón a Mateo.

Todo estaba visto para sentencia y llegaba la hora de darle descanso a los jugadores más castigados ante el partido de Copa del martes ante el Mirandés.