Inglaterra sorprendió ayer al vencer a Nueva Zelanda por 19-7 en la semifinal del Mundial de Rugby de Japón gracias a su firmeza defensiva y a los excesivos fallos de su rival, que eran considerados los máximos favoritos al título.

Los ingleses firmaron una actuación impecable ante un XV neozelandés irreconocible en el choque disputado en el Estadio de Yokohama, que les valió el pase para medirse el 2 de noviembre al ganador de la segunda semifinal que enfrenta haoy en la misma ciudad a Gales y Sudáfrica.

Inglaterra presenta así su candidatura a lograr su segundo mundial, tras imponerse contra todo pronóstico a un combinado, los All Blacks, considerado entre los mejores de la historia del rugby, y que optaba a su tercer campeonato consecutivo y cuarto en total.

El pitido final desató el estallido de júbilo entre los aficionados ingleses presentes en un estadio con unos 68.200 espectadores.