Simone Biles se convirtió ayer en la gimnasta con más medallas en toda la historia de los Campeonatos del Mundo de artística, sumando 25 tras ganar el oro en la barra de equilibrio y también en el suelo, donde la española Roxana Popa acabó sexta.

Durante la última jornada del Mundial disputado en Stuttgart (Alemania), la estadounidense superó la marca de 23 medallas que estaba en poder del bielorruso Vitaly Scherbo. Así, Biles venció en la barra con 15.066 puntos y quedó por delante de las chinas Tingting Liu (14.433) y Shijia Li (14.300).

Tras haber establecido así la nueva plusmarca, la gimnasta nacida en Columbus (Ohio) redondeó su actuación con el oro en suelo al obtener 15.133 puntos. La medalla de plata fue para su compatriota Sunisa Lee (14.133) y el bronce para la rusa Angelina Melnikova (14.066); Roxana Popa finalizó en ese sexto lugar, con 13.800 puntos.

Con esta proeza, la estadounidense confirma que es la mejor gimnasta de todos los tiempos, al menos con la estadística en la mano. Ni la mítica Nadia Comaneci, ni Larisa Latynina, ni Vitaly Scherbo llegaron tan lejos en los Mundiales, aunque entonces estos se celebraban primero cada cuatro años y luego cada dos. Ahora son todos los años salvo el año olímpico, por lo que aumenta la posibilidad de ganar medallas. Biles ha participado en cinco Mundiales, todos los celebrados desde 2013, excepto en el de Montreal 2017, tras los Juegos de Río, cuando decidió tomarse un merecido descanso tras ganar cinco medallas olímpicas (cuatro oros y un bronce). De las 25 medallas que atesora, 19 son de oro. Aún le queda una marca por batir, la del japonés Uchimura, que tiene seis títulos absolutos (Biles tiene cinco), pero esta gesta se aleja pues la intención declarada de la gimnasta estadounidense es retirarse tras los Juegos Olímpicos de Tokio.

Con otro récord en la mochila, Biles ya puede mirar de frente a Tokio 2020. Sus segundos Juegos serán muy diferentes. Sin Usain Bolt, sin Michael Phelps, con los que compartió el cielo olímpico en Río 2016, y ya en la categoría de estrella mundial del deporte, la estadounidense de 22 años tiene otro reto por delante: revalidar su título olímpico.