Periodismo y fútbol son mundos tangentes y a la vez estancos, que se retroalimentan y se enfrentan en igual medida, aliados y rivales. Existen puentes que se pueden transitar, del campo al plató o la cabina mayormente gracias a la figura del comentarista. Aunque menos habitual, también ha sucedido en prensa con articulistas como Solari y Valdano -este último, también conductor de un programa de entrevistas-. Y los hay contados que se han instalado en papeles más profesionales como Raúl Ruiz, a quien se descubrió chisposo en una eliminatoria copera del Numancia y ha devenido en reportero, y sobre todo Michael Robinson, productor e inspirador de ese programa que lleva su nombre y es una de las joyas de la televisión deportiva española. Thierry Henry o Collymore, a nivel internacional, también se han enredado en la confección periodística.
Sucede esto por ósmosis o permeabilidad, en general gracias a los contactos personales que se construyen en el mundillo. Pero también existe algún que otro jugador que ha completado los estudios canónicos de Periodismo, como Julen Guerrero, que se licenció en 2015 por la Universidad Europea, o Arbeloa, en la Camilo José Cela. Es este el camino que Pedro Vázquez ha elegido y es aquel, el que Robinson representa, el estilo que prefiere. "Me gustaba el Plus, programas con chicha", revela. "Me gusta que hablen del deporte con propiedad, con seriedad. Estos programas de circo que hay ahora son como el Sálvame, relacionado con el deporte en vez de prensa rosa, pero la base es la misma tontería".
