El Coruxo no falló en una jornada complicada, en la que los resultados de los rivales directos, y los tres puntos ante el filial ovetente, le permite escalar varias posiciones en la clasificación y ver más hacia arriba que hacia abajo.

El partido comenzó con mucho ritmo por parte de los dos equipos, no tardando demasiado los asturianos en enviar el primer aviso, con un remate de Tales que Alberto despejó con mucho acierto a córner. Fue de las pocas ocasiones del Oviedo B en los primeros cuarenta y cinco minutos de juego, ya que a pesar de tener el balón, se diluían al llegar a la frontal del área, aumentando la estima de la defensa viguesa, que jornada a jornada se muestra más firme.

Para completar la guinda, a los cinco minutos llegó el gol de los vigueses, en una magnífica jugada iniciaba Jacobo Trigo por la banda izquierda del ataque vigués, que mete el balón al punto de penalti para que El Ouatani, llegando desde atrás, no tenga más que empujar el balón al fondo de la red. Con lo más difícil hecho, conseguir el gol, el Coruxo todavía tenía por delante ochenta minutos para aguantar la ventaja en el marcador, disponiendo de varias ocasiones para ampliar la ventaja.

El partido se desarrollaba casi todo en el centro del campo. El Oviedo B continuaba insistiendo por las bandas, pero seguía faltándole resolución cada vez que se acercaban a la frontal del área, en parte también por el buen hacer de los vigueses en la zaga.

Tras el paso por el vestuario, el Oviedo B intentó dar un paso al frente para intentar lograr la igualada. Sin embargo todo pudo cambiar en el primer minuto de juego, con un balón desde la banda derecha de Carlos y El Ouatani, en el segundo palo y solo, cabeceaba fuera, desperdiciando una magnífica oportunidad para sentenciar el encuentro. No fue la única del marroquí, ayer muy activo en ataque, pues en el minuto sesenta y ocho consiguió recuperar un balón en campo de ataque y se plantó solo ante J. Valens. El delantero intentó ajustar el balón al máximo para evitar al arquero, pero el balón se estrelló en la cepa del poste asturiano.

A pesar de que el Oviedo B era quien tenía el control del balón y conseguía llegar a la frontal del área, la sensación era que el Coruxo estaba mucho más seguro, logrando recuperar el balón para salir con velocidad a la contra. Contragolpes que bien hubieran merecido un nuevo gol para sentenciar de forma definitiva el choque. A medida que se acercaba el final del encuentro, Michel Alonso reforzó la medular del campo vigués con la entrada de Mateo Míguez y Borja Yebra, mientras que para los minutos finales dejó la entrada de Sylla en el campo. Al final, victoria importante que les permite dar un importante salto.