El Deportivo ha fracasado en su regreso a Segunda División en la que partía como favorito al ascenso directo, acabó entrando de rebote en la promoción y fue eliminado en el partido de vuelta del playoff ante el Mallorca (3-0) tras haber dilapidado dos goles de ventaja en su viaje a a Palma.

El fracaso deportivo tiene consecuencias económicas para la entidad blanquiazul, que verá reducido drásticamente su presupuesto.

El equipo previó esta campaña unos ingresos de más de 42 millones de euros para intentar ascender a Primera División, de los que 6,72 corresponden a ingresos obtenidos mediante traspasos, y estimaba un beneficio de 5,7 millones de euros a la conclusión del ejercicio 2018/19, lo que supondría un incremento del 138,3 % respecto al anterior.

De haber afrontado esta temporada en Segunda con uno de los que más capacidad de ingresos tenía y el tercer tope salarial (solo superado por Málaga y la UD Las Palmas), el Deportivo pasará a una posición bastante más modesta el próximo curso por la ayuda del descenso. Una reducción a la que ya aludió el actual presidente del Deportivo, Paco Zas, cuando presentó su candidatura a dirigir el club en mayo: "Todo el deportivismo tiene que saber que en apenas un mes podemos pasar a un presupuesto estimado de 65 millones de euros a uno de 16".

Al final, pasará a gestionar la cantidad más baja después de que el proyecto deportivo fallara en la segunda oportunidad que tuvo para lograr el ascenso a través de la promoción.No obstante, el presupuesto no es garantía de éxito, tal y como ha quedado demostrado las dos últimas campañas, en las que ninguno de los recién descendidos fueron capaces de regresar a la máxima categoría a la primera.

Además de la configuración de la plantilla, el Deportivo tendrá que destinar parte de sus ingresos a seguir reduciendo la deuda, aunque en Segunda División el calendario de pagos sea algo más flexible que en la élite, al menos esta temporada y la siguiente.

Casualidad o premonición, el Deportivo desperdició la posibilidad de regresar a Primera en la noche de San Juan. El club se encomendó al fuego de San Juan en su vuelta al infierno de Segunda y las meigas se cruzaron en su camino en el partido decisivo. El guiño a la fiesta de San Juan, muy popular en la ciudad gallega, rozó lo premonitorio. El Deportivo esperaba cuadrar el círculo en Palma, pero las meigas aparecieron para dejar al equipo herculino en el infierno de la Segunda División.