El Mallorca se convirtió ayer en el tercer equipo que asciende a Primera tras Osasuna y Granada, al derrotar por 3-0 al Deportivo de A Coruña en el estadio Son Moix y revertir el 2-0 encajado en Riazor.

El equipo balear vuelve a la máxima categoría del fútbol español seis años después tras un partido frenético y una noche mágica, vivida con dramatismo y emoción por el mallorquinismo, que celebró por todo lo alto y a pie de campo el ascenso con sus jugadores, el segundo consecutivo tras subir la pasada campaña de Segunda B a la categoría de plata.

El aliento de un Son Moix que vibró como hace años no lo hacía fue determinante, primero, para remontar el 2-0 que traía el Dépor de Riazor, y después, para impulsar a un grupo de jugadores que luchó hasta la extenuación durante los 90 minutos.

El partido tuvo de todo. Dramatismo y emoción cuando Abdón Prats marcó el tercero, el gol del ascenso, éxtasis y emoción a raudales cuando miles de aficionados celebraron la gesta en el césped y al grito de "A Primera, oé,oé". El equipo coruñés tuvo la última ocasión del partido, en el descuento, pero el remate de cabeza de Pablo Marí, cuando se encontraba solo, salió rozando el palo de la portería de Reina. Ese gol hubiese dado la plaza de ascenso a un Dépor que apenas arriesgó y que trató de mantener la ventaja que había logrado en la ida.

El duelo de ayer fue intenso. El equipo balear intentó ponerle una marcha más a su juego desde el principio ante un rival que salió con la intención de dormir el partido y dejar que pasaran los minutos con el objetivo de no poner en riesgo su cómoda ventaja.

Vicente Moreno decidió prescindir del argentino Leo Suárez y del mallorquín Abdón Prats, titulares en Riazor, para dar entrada al canario Aridai Cabrera y al croata Ante Budimir.

José Luis Martí, por su parte, dejó en el banquillo a Fede Cartabia, autor del primer gol de su equipo en A Coruña.

Cada acción ofensiva de los mallorquinistas, cualquier duda en las filas visitantes que hicieran abrigar esperanzas de que el primer gol estaba cerca, fue celebrada con júbilo por una gradas convertidas en el jugador número 12 de su equipo.

Por ello, el gol de Budimir (min.20) provocó una explosión de alegría en Son Moix. Tras una maniobra excepcional, el croata se perfiló hacia su pierna buena, la izquierda, para soltar un latigazo pegado al palo de Dani Giménez.

El Dépor, que perdió a Nahuel (min 29) por lesión -le sustituyó Carlos Fernández- aguantó el chaparrón como pudo, pero en contadas ocasiones pisó el campo contrario. Sus jugadores pidieron penalti (min. 4) por una caída de Borja Valle, y vieron cómo el colegiado les anulaba un gol de Vicente (min. 43) por una falta previa.

Son Moix, con el balear Rafa Nadal como aficionado de excepción, estalló con el tanto de Salva Sevilla (min. 61), otro golazo, de falta directa. El veterano centrocampista andaluz clavó el balón desde fuera del área.

A 9 minutos para el final, Abdón Prats, que había sustituido a Aridai Cabrera, enganchó un disparo demoledor, también desde fuera del área, que puso en pie a las gradas y a su equipo, en Primera División.

El Dépor lo intentó a la desesperada, pero ya sin tiempo: su sueño del ascenso se acabó en Mallorca.