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balonmano

Marcos Dorado llega a la cima

El rosaleiro se estrenará en Asobal con el Puerto Sagunto tras su segundo ascenso a la élite

Marcos Dorado, durante un partido con el Puerto Sagunto. // FdV

Para el Marcos Dorado este es su segundo ascenso a la máxima categoría, después de haberlo conseguido con el Teucro, equipo con el que no pudo dar el salto a la élite. Se mudó a Torrelavega en 2015 y el pasado año fichó por el Puerto Sagunto, donde, por fin, logrará el sueño por el que tanto ha peleado. "No empezamos muy bien la temporada, ha sido difícil, había dudas, pero se ha conseguido el objetivo y estamos muy felices", apunta el pivote. "Ahora a pensar en la temporada que viene", dice con ilusión.

Pero antes tendrá que recuperarse de una lesión en la muñeca que arrastró durante la fase de ascenso. "Justo me lesioné el lunes anterior y no sé si se habrá agravado", se lamenta. Durante la semana le realizaron dos placas y el viernes tras un "TAC expres" el diagnóstico fue tenía "una fisura, cuatro huesos desgarrados y un esguince de muñeca". Pese a lo aparatoso que sonó el dictamen médico "el destino quiso que jugase" ante la expulsión de un compañero que hizo necesaria su presencia en la cancha. "Tuve que jugar sí o sí", pese a los dolores. Ya el día anterior, el sábado, jugó "doce minutos" y el domingo también fue necesaria su aportación. "Con las ganas que tienes de jugar los dolores desaparecen", apunta. Son partidos que nadie quiere perderse. "Lo importante es aportar lo suficiente para conseguir lo que quieres, la satisfacción por lo logrado hace que valga la pena el sufrimiento anterior", valora.

Ahora tratará de evitar el quirófano. "Tengo dolor y la tengo más hinchada pero la idea es recuperarme en verano bien y estar ya la pretemporada a tope porque no quiero empezar el año siguiente con molestias en la muñeca", indica. "Espero no tener que operarme y que la recuperación pase por fijar la muñeca y no hacer esfuerzos con ella en el plazo de un mes o mes y medio para empezar ya luego con ejercicios de fortalecimiento en la zona".

Al inicio del curso el reto del Puerto Sagunto pasaba por ser campeones y lograr el billete directo a Asobal, pero la temporada resultó más complicada de lo previsto. "No pudo ser por unas cosas u otras. Lesiones, dudas? Era un equipo nuevo y teníamos que compaginarnos, conocernos, adaptarnos unos a otros, algo que fuimos haciendo a lo largo de la temporada. La segunda vuelta ya lo hicimos mejor y al final en la fase la verdad es que fuimos bastante sólidos". Pese a no lograr ese ascenso directo y dar un pequeño rodeo con la disputa del play off de ascenso ante el Torrelavega, el reto está conseguido. "Logrado está y además con la satisfacción de haberlo conseguido en casa con toda la afición. Ha sido un fin de semana mágico", subraya.

En 2015 ya había logrado el ascenso a Asobal con el Teucro. Aquel logro fue muy diferente al vivido el pasado fin de semana con el Puerto Sagunto. "Fue algo raro porque jugábamos un sábado y teníamos que haber ganado para ascender y perdimos. Así que dependíamos del resultado del domingo por la mañana del partido que jugaba el Octavio con el Sinfín, que era el segundo clasificado. El Octavio ganó y ese día, que me levanté al mediodía porque estaba muy cansado, ya vi los mensajes de que habíamos logrado ascender y quedamos por la tarde para celebrarlo", rememora.

Afronta "con muchas ganas" su debut en Asobal. "En aquella ocasión con el Teucro no tuve la suerte de seguir en el equipo. En un principio no me querían, luego ya sí y al final decidí irme a Torrelavega", cuenta. Fue aquella una decisión arriesgada en la que incluso bajó dos categorías. "Pasé del ascenso a Asobal a jugar en Primera Nacional, pero también tuve suerte porque ese mismo año ascendimos a Plata y me pasé dos años más en Cantabria", recuerda. "Lo importante es seguir creciendo, conocer gente nueva, sitios nuevos. Lo que te queda del balonmano es eso, porque somos un deporte pobre, digamos. Lo que te queda son las amistades y los sitios que visites y la satisfacción y experiencia".

Así por fin cumple su sueño. "Siempre intentas llegar a lo más alto y, ahora mismo, lo más alto es la Asobal. Hay que seguir creciendo y no perder nunca sueños como el de llegar a la selección, por ejemplo. Está muy difícil, obviamente, pero si trabajas, todo esfuerzo tiene su recompensa", anuncia.

Y ya se mentaliza para lo que será su paso a Asobal. "Es muy diferente a la B, es todo más físico, más táctico y habrá que adaptarse y conocer a la gente. En B llevo varios años y ya sé cómo juegan los rivales y eso te facilita las cosas, ahora toda empezar de nuevo, adaptarse y trabajar en el objetivo del año que viene que supongo que será el de no descender". Es consciente de lo "difícil" que es hacerse un hueco en la máxima categoría por lo que quiere exprimir al máximo esta oportunidad. "Ya tenía muchas ganas de debutar porque no quería estancarme en Plata. Quiero intentar llegar lo más lejos posible y espero hacerlo bien y luego ya no bajar el ritmo ni el nivel".

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