- Apenas quedan unos días para la salida de la vigésima edición de la Vig-Bay y este año le veremos en la salida del maratón. ¿Cómo llega a la cita?

- Me encuentro bien, en la fase final de la preparación y es verdad que intenté preparar esta Vig-Bay con mimo, con detalle, tratando de ponerme en forma poco a poco. Hasta el momento ha salido todo según la planificación de mi entrenador, Carlos Landín, y solo queda recuperar para llegar bien al día del maratón. A ver cómo está el día, que es la mayor duda que podemos tener ahora. La intriga será cómo amanecerá. Si hará viento, si va llover o no... Por lo demás, la verdad es que estoy muy animado y deseando que llegue ya el día para disfrutarlo.

- Serán cerca de 1.300 los atletas que tomarán la salida del maratón el domingo, ¿le ha sorprendido la cantidad de gente que va ha hacer la distancia larga este año en la Vig-Bay?

- Sí, me sorprendió bastante. Hace unas semanas fui a entrenar por el circuito y ya vi la cantidad de gente que lo estaba preparando. Ya el día que se cerraron las inscripciones vi que rondaban los 1.300, que es una cifra muy elevada para esa distancia. Yo sabía que iba a haber mucha participación, pero creo que se han superado las previsiones más optimistas.

- Ni se lo habrá pensado a la hora de decidir qué distancia correr en esta edición.

- El día que abrieron las inscripciones ya formalicé la inscripción. Ya que se hace un maratón en Vigo y aún por encima en el recorrido de la Vig-Bay y conmemorando los 20 años, pues había que aprovechar. No creo que haga muchos maratones más. En los últimos años no estaba corriendo ninguno, pero me animé porque me hace ilusión. Es un circuito al que tengo mucho cariño y también a la Vig-Bay porque Pilar Ruiz (la directora de la carrera) y todo el equipo se han portado siempre de una forma excelente conmigo. Es una manera de devolverles un poco ese cariño, intentando estar lo más arriba posible.

- Logró su única victoria en la Vig-Bay en 2009. Diez años más tarde, ¿sería posible verle ganando el maratón?

- En la décima edición tuve la suerte de haber ganado el medio maratón y en esta, que será la vigésima, no creo que esté tan bien para ganarla. No sé qué rivales hay, pero yo intentaré hacerlo lo mejor posible y llegar lo más adelante posible. Intentaré darlo todo el día de la carrera y si alguna persona es más rápida, tocará darle la mano y felicitarlo. Si tengo la suerte de estar delante, pues mejor. Pero el maratón es una carrera muy larga y durante los 42 kilómetros pueden pasar muchas cosas. No es una distancia que sea fácil de gestionar, por lo que hay que ser cautos. En dos horas y media pueden pasar muchas cosas.

- ¿Se ha fijado alguna marca o ha perfilado alguna estrategia de carrera?

- Va a depender mucho de cómo esté la meteorología, si hay viento, si no lo hay; si llueve o no. El ritmo no lo tengo demasiado claro aún. Dependerá mucho de las circunstancias. Si estuviéramos hablando del medio maratón, sí que lo tendría claro a estas alturas. Pero en el maratón hay que tener en cuenta factores que hacen que hasta el último día no lo tengamos claro.

- ¿Cuál es el secreto para haber estado en todas las ediciones y en todas en posiciones destacadas?

- Siempre he quedado entre los diez primeros y durante muchos años entre los cinco, pero el secreto está en hacer algo que de verdad te apasiona. A mí me encanta correr y entrenar y es algo que mientras el cuerpo aguante seguiré haciendo, no sé durante cuántos años más y obviamente siempre que pueda correr la Vig-Bay lo haré. A medida que pasan los años los ritmos son más lentos, pero disfruto como el primer día. El secreto es mantener la pasión por algo que me encanta porque salir a correr todos los días para mí es una forma de vida. No entiendo, después de tantos años, estar sin una rutina de entrenamientos. Además, me gusta competir y el ambiente. He tenido la suerte durante mi carrera de haber tenido como entrenadores a Carlos Pérez y ahora a Carlos Landín. Bueno, también tengo que dar las gracias a mis padres por la genética.

- Así que la cuenta de Elías Domínguez en la Vig-Bay no se acaba aquí.

- No sé en cuánto se parará. En participaciones no se acaba aquí. Seguiré corriéndola, si puedo, aunque a diferentes niveles. Ahora no me obsesiona ganar, solo entrenar bien para competir bien y si se puede estar delante, perfecto, pero ya el ganar, o las marcas, son cosas del pasado. Sé que ya no las voy a mejorar y es una cosa fundamental de la longevidad, saber perfectamente en qué momento estás de tu vida y no agobiarte. Lo que has hecho hace años no lo volverás a hacer, es pasado. Hay que saber que ahora es otro momento, otro estado de forma. Los años van pasando pero sigo disfrutando igual que el primer día del atletismo y seguiré hasta que el cuerpo aguante.

- ¿Qué tiene la Vig-Bay para enganchar a tanta gente?

- Esta prueba reúne lo que cualquier prueba grande. La Vig-Bay está dando la posibilidad a la gente de correr una carrera muy bien organizada, de forma muy profesional y con 5.000 corredores.

- ¿Cómo ha visto la evolución de la carrera en estas 20 ediciones?

- Ha cambiado en muchos aspectos. En la primera edición no creo que llegásemos a 600 atletas, que para aquella época ya era una gran participación para el medio maratón. Después, el nivel que había. En esa primera edición estaban Diego García, Alejandro Gómez... Llegaron a venir atletas africanos. A medida que fueron pasando los años empezó a subir el número de participantes de forma impresionante, de tal manera que el año pasado fuimos unos 5.000 y por eso hubo que hacer esa modificación en el circuito, porque la vuelta en Samil no era viable. Subió el nivel también en una organización cada vez más profesional, en una infraestructura mayor y también en un espectáculo mucho mayor, un espectáculo deportivo de alto calado. Serán más de 5.000 deportistas que van a participar todos juntos en un evento y es una cifra muy importante.

- ¿Qué le diría a todos esos populares que tomarán la salida junto a usted el domingo?

- Que lo fundamental es que la gente que participa por primera o segunda vez, o incluso gente que lleva más participaciones, lo haga habiendo entrenado, si puede ser bajo la supervisión de un entrenador personal y si puede ser con un seguimiento médico. Sí que se veía en las primeras ediciones sobre todo que había mucha gente que participaba que no estaba muy adaptada a las distancias y no hay que perderle nunca el respeto al medio maratón y mucho menos al maratón porque es una prueba muy dura. Pero hoy en día la gente se prepara mucho más, entrena mucho más y el nivel también es mayor en marcas en cuanto al cómputo total de los atletas. Solo queda esperar que el día acompañe y le doy ánimos a todas las personas que van a participar. Pido que se lo tomen con tranquilidad, que lo importante es disfrutar, llegar a Baiona contentos, y que vayan siempre escuchando el cuerpo, porque el maratón es otra historia; no son dos veces el medio maratón, es mucho peor, hay que tenerlo en cuenta y hay que ir con mucha cabeza.

Eloy Iglesias, invidente, vuelve a participar

  • Eloy, vecino de Valga de 53 años, tiene a sus espaldas una historia de superación. Tras un accidente cuando era joven perdió la vista en los dos ojos e incluso su mano derecha. Sin embargo, esto no le ha impedido enfrentarse durante su vida a otros retos como practicar ciclismo profesional en tándem y seguir cumpliendo sueños.