Gales no falló y se jugará el título de campeón del Seis Naciones la próxima semana ante Irlanda en Cardiff, tras imponerse por 11-18 a Escocia, en un duelo en el que los galeses, tras brillar en la primera mitad, apelaron a su fortaleza defensiva para impedir la reacción local en el segundo tiempo.

Escocia pareció en disposición de redimirse de su gris primer periodo, tras situarse a tan sólo cuatro puntos en el marcador (11-15), gracias a un ensayo de Graham a los 57 minutos.

Una renta que podría haberse reducido todavía más si Finn Russel hubiera acertado con la transformación, pero la patada del jugador escocés no acertó entre los tres palos. Error que Russell, que en la primera parte había acertado en los patadas que había intentado en la primera parte, repitió en el 61, en un precipitado intento de "drop". Quien no falló fue el galés Gareth Anscombe, autor de ocho de los dieciocho puntos del "XV del Dragón", que estableció el definitivo 11-18 al anotar un golpe de castigo en el último minuto de juego.

Un marcador que premió la solidez defensiva de un equipo galés, que si en la primera mitad brilló en ataque con los ensayos de Josh Adams (m.12) y Jonathan Davies (29), en la segunda demostró la fortaleza defensiva de los campeones.