El Manchester United firmó uno de los episodios más brillantes del fútbol europeo en la última década gracias a una remontada de bandera (1-3) en el partido de vuelta de octavos de final ante el Paris Saint-Germain, un partido que se resolvió con un penalti de Rashford, en el tiempo añadido gracias a una decisión del VAR que terminó incendiando la capital francesa. En 2017 fue el Barça con una remontada inimaginable y el pasado curso se toparon con el Real Madrid. En esta ocasión, y pese al desembolso a expuertas de un buen puñado de petrodólares, el fútbol le sigue dando la espalda al proyecto del jeque Al-Khelaifi. El United volteó el 0-2 de la ida con un equipo en el que tenía diez bajas importantes.