El portero Pablo Chantada está de vuelta. El vigués, que llegó a militar en la Liga Asobal en el Octavio y en el Benidorm, lleva varias jornadas defendiendo la portería del Construcciones Castro Lavadores, actual líder de la Primera Nacional Masculina.

Chantada alcanzó la máxima categoría nacional en las filas del club en el que se inició en el balonmano, el Academia Octavio. El vigués se consolidaba como un firme valor de futuro, siendo durante seis temporadas habitual en las selecciones autonómicas de Galicia y en la selección española desde la categoría promesa hasta su primer año como juvenil.

En la escuadra académica alcanzó la élite. "Cuando descendió me fui al Seis do Nadal", indica. Compaginar la competición y los estudios se antojaba por aquel entonces incompatible. Después del pequeño paréntesis (una temporada) en el equipo de Coia fichó por el Benidorm, donde vivió una nueva experiencia en Asobal. Aún le quedaba algún episodio deportivo más antes de regresar a casa. "Después de Benidorm me fui a Lanzarote (en Primera Nacional) y de ahí a Bilbao. Allí no jugué a balonmano durante algo más de un año porque estuve trabajando y preparando oposiciones", añade.

Antes de Navidad regresó a Vigo. Meditaba volver al Seis do Nadal, equipo con el que se estaba entrenando, pero un encuentro fortuito con un jugador del Lavadores le hizo cambiar de rumbo. "Echaba de menos jugar, tenía ganas de volver porque es lo que siempre he hecho y forma parte de mi vida", reconoce.

Su decisión de irse a Lanzarote se basó en su objetivo de finalizar sus estudios de TAFAD (un ciclo formativo de actividades físicas y deportivas). "No quería dejar mis estudios a medias. Precisamente estando allí tuve la oportunidad de irme a Alemania a jugar, pero obviamente dije que no porque eso habría significado dejar de nuevo los estudios y opté por no irme", explica.

Ahora está opositando a Policía Nacional, pero en el Lavadores puede compaginar ambas cosas: "Si solo entrenamos tres días o cuatro a la semana, y además solemos hacerlo por la noche, tengo todo el día para estudiar".

En el regreso pudo despejar dudas sobre sus sensaciones tras su etapa en Bilbao sin pisar las canchas. "Al principio no es que dudara de mí, pero tenía ganas de saber cómo estaba", reconoce. Y por ahora se muestra satisfecho. "Empecé a rodar rápido y ha ido bastante bien", dice el vigués, que la pasada jornada, ante el Rodosa Chapela, tuvo una actuación destacada. "Me veo bien y contento, que es lo importante", apunta el portero, que subraya el "buen ambiente" y la buena acogida por parte de sus nuevos compañeros de equipo: "Eso siempre ayuda".

Físicamente no le costó recuperar la forma porque además de hacer crossfit también trabajaba como entrenador personal. Ahora quiere saber si este regreso al punto de partida le permite volver a recuperar su mejor versión. "A ver si hago una buena temporada para que se fijen equipos de arriba", dice. Ahora ya sí podría afrontar las exigencias de la máxima categoría y no descartaría, incluso, volver a hacer la maleta para irse fuera de Vigo. Aunque tampoco descarta quedarse. "Estoy en un equipo en el que podemos ir a la fase de ascenso. Ojalá tengamos suerte y ascendamos. Si se da, estaríamos en Plata. No es Asobal, pero ya es Plata, y si la opción es quedarse y ver lo que va pasando, bien; o si hay otras ofertas, pues se valorarán", analiza.

Pablo Chantada se ha encontrado en Lavadores un "equipo competitivo y con buen nivel para esta categoría. Por ahora me siento cómodo y veo que estoy en un buen nivel, pero soy muy autoexigente y quiero más", apunta.