El Atlético de Madrid se despidió de la Copa del Rey en el estadio Wanda Metropolitano, doblegado por el Girona, por un nuevo empate y por el 3-3 en el minuto 87 de Seydou Doumbia, que frustró la remontada que había firmado instantes antes Antoine Griezmann y que culminó una clasificación histórica.

Un golpetazo para el conjunto rojiblanco, eliminado por primera vez en toda la era Simeone en los octavos de final, y una victoria de prestigio del bloque catalán, por primera vez en cuartos, tras un duelo vibrante en el que pudo pasar cualquiera, pero que supone una decepción indudable para el Atlético.

"A la gente le digo lo que vieron; un equipo que siempre quiso ganar el partido, que no perdió y desgraciadamente el empate a goles nos dejó afuera. Siempre digo que se juega a veces bien y no se pasa. Yo prefiero jugar mal y pasar siempre. Eso no tengo ninguna duda", expuso Diego Simeone en la rueda de prensa en el Wanda Metropolitano.

"Fue un partido bonito, clásico de Copa. Tuvimos la intención de ir a ganarlo en todo momento. Hicimos muy buen primer tiempo, teniendo el gol y algunas situaciones favorables para irnos con una ventaja mayor. Ellos hicieron un buen partido y la contundencia fue el aliado absoluto de sus posibilidades de gol", explicó.

"El equipo se puso con el 3-2 y no sé si pasaron dos minutos después del gol nuestro (cuando llegó el 3-3 del Girona). Fue una pérdida de pelota ahí en medio, con una transición rápida de ellos, que llegaron bien en zona de tiro, teníamos gente para defenderla, le pasa debajo de las piernas a Arias... Hay veces que uno quiere resolverlo mejor, no pudo ser, pasó por debajo de las piernas, empate a tres y hay que aprender de los errores cometidos", añadió.