Josep Lluis Núñez i Clemente (Baracaldo, 7 de septiembre de 1931), que falleció ayer, fue constructor inmobiliario y el presidente que ha estado más años (de 1978-2000) al frente del FC Barcelona, al que modernizó y dotó de músculo financiero hasta convertirlo en una de las entidades deportivas más importantes del mundo.

Su padre era policía aduanero y, cuando tenía seis meses, su familia se trasladó a la fronteriza Port-Bou para, en 1938, fijar su residencia definitiva en Barcelona. A partir de los 14 años, Núñez compaginó diversos oficios con los estudios de contabilidad hasta que, a mitad de los años 50, se inició en el sector inmobiliario de la mano de su suegro, Francisco Navarro. Es el mundo del ladrillo donde hizo fortuna. Y poco a poco se fue haciendo con el control de las empresas que había ido creando junto a su suegro hasta anteponer su nombre al de éste (Grupo Núñez y Navarro). José Luis Núñez aprovechó el desarrollo inmobiliario español iniciado tras la llegada de la democracia para convertirse en uno de los constructores más prósperos del país.

Con ese creciente currículo se presentó a las elecciones del FC Barcelona y fue elegido presidente el 6 de mayo de 1978, cuando relevó a Raimon Carrasco tras derrotar en las urnas a Ferrán Ariño y Nicolau Casaus. Durante los 22 años en los que ocupó el puesto solo tuvo como adversarios a Sixte Cambra en las elecciones de 1989 y a Ángel Fernández en las de 1997.

Las de 1989 las ganó tras fichar, como entrenador del primer equipo, a Johan Cruyff. Bajo la presidencia de José Luis Núñez el club dio un salto de calidad que le situó en el primer plano del deporte mundial. En sus 22 años en el cargo, el equipo de fútbol conquistó 27 títulos, entre los que destacan siete Ligas, seis Copas del Rey, cuatro Recopas de Europa y la primera Copa de Europa. También modernizó el Barça, convirtiéndolo en la entidad deportiva con más socios de España (pasando de 78.000 a 106.000 abonados y de 96 peñas a 1.300). Durante su mandato, las secciones del Barça también se han convertido en un referente en sus respectivos deportes. Con Núñez aumentó el patrimonio del club, realizando la última gran ampliación del Camp Nou, construyendo el Miniestadi, el museo que ahora lleva su nombre y la antigua residencia de La Masia y modernizando el Palau Blaugrana.

De su mandato también se recordará su tensa relación con los jugadores, especialmente con estrellas como Schuster o Maradona, y su equidistancia con el resto de instituciones catalanas, pues Núñez siempre tuvo claro que el Barça debía alejarse de las influencias políticas y mantener su independencia.

El 28 de julio de 2011, once años después de desaparecer de la escena deportiva, fue condenado a 6 años de prisión, al igual que su hijo, y a pagar una multa de dos millones de euros por el delito de cohecho y de otros 36.000 euros de multa por falsedad documental por su implicación en el "Caso Hacienda". La sentencia fue recurrida ante el Tribunal Supremo, que le rebajó la condena a dos años y dos meses. El 16 de noviembre de 2014, José Luis Núñez entró finalmente en la prisión barcelonesa de Quatre Camins, donde permaneció 71 días en régimen cerrado antes de obtener el tercer grado. Tras abandonar la cárcel, con 83 años, volvió a retomar su actividad al frente del Grupo Núñez y Navarro.