Jacobo Montes, entrenador del Coruxo, decía en las horas previas al encuentro ante el Las Palmas Atlético que las rachas negativas hay que cortarlas de raíz, y eso fue lo que hizo ayer el equipo vigués, que volvió a encontrarse con la victoria tras dos semanas sin conseguirla.

Había temor en el equipo vigués. Por un lado por la visita de un rival que solamente había perdido dos partidos lejos de su feudo y, por otro lado, por la ausencia de dos pesos pesados como Antón de Vicente y Mateo Míguez. Las ausencias obligaron al técnico a recomponer dos líneas. En la zaga colocó a Nacho Lorenzo en banda, y en doble pivote fue Jacobo Trigo quien entró en el "once" inicial.

En los primeros minutos le costó al equipo vigués centrarse en el partido. Los canarios no dudaron en irse arriba buscando un gol tempranero, pero rápidamente tuvieron contestación con un potente disparo de Manu Justo, que obligó al guardameta visitante a emplearse a fondo y enviar el balón a córner.

El conjunto de O Vao crecía como equipo, y poco a poco se fue haciendo con el centro del campo para, desde ahí, controlar el partido. A pesar del control, las contras de los canarios llevaban mucho peligro, pues movían el balón con mucha rapidez por las bandas, y en punta de ataque Robert se mostraba como un peligro constante. Pero a pesar de tener controlado al conjunto canario, un potente disparo de Ravi Alemán suponía el primer tanto de la mañana, poniendo al Las Palmas Atlético por delante en el marcador.

Al Coruxo no pareció afectarle el gol encajado, pues no varió su forma de juego, y dos minutos más tarde lograba la igualada al culminar Silva una buena jugada por la banda derecha. Una jugada clave que permitió devolver la igualdad al marcador, pero que posiblemente afectó en cierta medida al conjunto canario, que no se encontraba cómodo sobre el terreno de juego.

El Coruxo disputaba sus mejores minutos en un primer tiempo muy parecido al de hace quince días ante el Unión Adarve, pero había que volver a tener cuidado con los canarios. El partido estaba abierto y podía pasar de todo, a pesar de que el peso del encuentro lo llevaban los vigueses, que a cuatro minutos para llegar al descanso marcaban un segundo tanto, esta vez por mediación de Manu Justo, que aprovechaba otra jugada por la derecha.

El equipo vigués había hecho lo más complicado, que no era más que remontar un gol adverso en tan solo veinte minutos, lo que le permitía irse al descanso mucho más tranquilo.

Tras el paso por el vestuario, el técnico canario hizo la primera modificación en el equipo con la entrada de Gopán en el centro del campo. El cambio le dio al equipo mucha más alegría, y poco a poco lograron encerrar al Coruxo en su área, que se defendía como gato panza arriba. Edu dispuso de una gran ocasión a los cinco minutos de la reanudación, cuando Borja Yebra da un pase mal hacia atrás y el balón le llega al extremo canario, que obliga a Alberto a emplearse a fondo para enviar el esférico a córner. Los canarios dieron un paso al frente logrando embotellar a los vigueses, que no eran capaces de sacarse la presión de encima. La parte positiva fue que el Coruxo estaba muy bien centrado en defensa, impidiendo que aprovecharan las ocasiones que se le presentaban, aunque se mostraban incapaces de salir con el balón controlado para aprovechar una contra.

Poco a poco las fuerzas se fueron igualando, pero en los minutos finales el cuadro canario volvió a irse arriba para apretar. La entrada de Robayna le dio mucha más frescura en el juego por las bandas y el Coruxo lo pasó francamente mal, pero al final del tiempo reglamentario el marcador no sufrió alteraciones y los tres puntos se quedaron en O Vao.