El Porriño PBB sumó su cuarta victoria de la temporada, en seis partidos, y ha dado un gran paso hacia la permanencia en la categoría, su gran objetivo. Ayer derrotó al Oviedo, y ahora dispone de tres victorias de ventaja sobre los puestos de descenso.

Al equipo entrenado por Jenaro Alonso le costó meterse en el partido. Los asturianos movían bien el balón en ataque, pero eran incapaces de traspasar la buena defensa de los locales, logrando al final del encuentro que no superaran los cincuenta puntos en el marcador. Pero el problema de los porriñeses estaba en ataque, tardando cuatro minutos en anotar la primera canasta, tras fallar los cinco primeros ataques. Los asturianos fueron siempre por delante en el marcador, aunque con ventajas que nunca superaron los cuatro puntos.

El segundo cuarto del Porriño PBB fue para enmarcar. Cerraron la defensa, obligando a los asturianos a jugársela con el tiro exterior, ya que tenían muchos problemas para jugar dentro de la zona ante la falta de altura. Los porriñeses le metieron velocidad al partido, aprovechando además las segundas opciones para marcharse al descanso con nueve puntos de ventaja (33-24). Y todo ello sin cometer ni una sola personal en el cuarto.

Tras el paso por el vestuario, el juego no cambió demasiado, aunque perdió un tanto en efectividad, ya que los fallos en los lanzamientos fueron constantes, sobre todo por la precipitación en las acciones. La situación le beneficiaba a los porriñeses, que habían superado los diez puntos de ventaja y se encontraban cómodos sobre el parquet de Porriño.

Los últimos diez minutos de juego comenzaron con el partido poco menos que sentenciado, ya que el Porriño PBB mandaba en el marcador por once puntos de ventaja y las sensaciones eran positivas, pues los asturianos no tenían capacidad de reacción. Pero la realidad era que los locales tampoco le dieron opción. El equipo mantenía la intensidad en defensa, lo que le permitía recuperar numerosos balones. Además, los árbitros permitían un nivel de juego más intenso, por lo que poco a poco las diferencias fueron aumentando.

Al final, veintidós puntos de ventaja ante un rival directo, un factor importante pensando en los partidos de la segunda vuelta y un posible empate a victorias.