El Sárdoma volvió a perder pero Daniel Núñez es un entrenador inmensamente afortunado. En su primer año de gestión del equipo desde la pretemporada ha colgado en su currículo el peor arranque del Sárdoma en siete temporadas en la categoría de plata. Es farolillo rojo, no ha sumado un solo punto en nueve jornadas y desde hace dos semanas, tampoco propone fútbol en As Relfas. No le gusta que se lo afeen, pero su equipo no juega a nada. Escrito queda.

La paciencia de su presidenta, Begoña Aldao, lo ha mantenido pese a haber renunciado al fútbol vistoso, de toque e incisivo del inicio de temporada. Cierto que tampoco le daba puntos porque en casa no ganaban, caían en el descuento y a la contra gracias a un flojo repliegue. Pero jugaban. Ahora simplemente son el peor equipo vigués de la década, superando al Olivo 16/17.

Núñez ha modificado tanto el dibujo táctico (ante el Gijón Drus, Lore, la todoterreno María Calvar, Vicky y Ainoa estaban más pendientes de asegurar atrás que de construir) que las blanquiazules no crean ocasiones ni iniciando desde atrás ni desde una medular que también hace aguas. Y sin cerebro estás perdido.

Adelantarse en el marcador fue un nuevo canto de cisne de las viguesas. El rival igualó antes del descanso y un incomprensible regalo de Ainoa -pérdida del esférico siendo la última defensora- pudo permitir a Paula el 1-2? que la perfecta salida de Sara evitó.

La salida de vestuarios resultó desesperanzadora. A los 16 segundos, el 1-2. Como si le dijesen al rival "venga, va, entrad por todo el carril central para fusilar a Sara". Vaya desastre. De falta pudo llegar el tercero, pero entre Sara y el palo lo evitaron. Después, la entrada de "Equis" Márquez propició los mejores minutos de las de Núñez. Por fin el Sárdoma progresaba por las bandas, presionaba, recuperaba. Lore tuvo el empate con un remate en boca de gol tras saque de esquina (min. 64). Yaiza se hacía con el cuero tras una salida en falso de la portera visitante, pero su búsqueda de la meta se quedaba sin premio (min. 68). Pólvora mojada.

La ley de Murphy, que también persigue al Sárdoma, hizo el resto. Si algo va mal siempre puede ir peor. Y cayó el tercero en contra. El cuadro local reza por el retorno de Tania Penedo a la delantera (incompatibilidad laboral), pero el descalabro del equipo obliga a más soluciones.