Jorge Otero seguirá entrenando al Rápido de Bouzas, aunque solo tiene asegurada su continuidad hasta el próximo domingo. La directiva ha decidido concederle un último partido de margen para que el equipo reaccione y obtenga su primera victoria. Ese examen a vida o muerte será ante el Burgos en el Baltasar Pujales.

El presidente del Rápido, Manuel Seoane, se reunió ayer por la mañana con Otero acompañado por el directivo Jacobo Saénz Díez y el director deportivo Michel Alonso. Otero ha defendido que solo la mala suerte ha impedido que el crecimiento de la escuadra se haya traducido en victorias. Pero la directiva le ha recordado que el equipo, además de encajar 15 goles, todavía no ha marcado en los siete partidos que se han disputado hasta el momento y llama la atención que de sus diecinueve rivales en el grupo, el que menos puntería ha tenido consiguió anotar tres tantos. Con todo, la confianza que trasluce Otero ha provocado que se le conceda una semana más de margen.

Pero la advertencia también es clara y así se refleja en la página web del Rápido de Bouzas: "De no cambiar el equipo su rumbo de un modo drástico, el cambio de entrenador será ya una obligación, dejando claro que por parte de la junta solamente está presente el deseo de que ante el equipo burgalés la situación mejore sensiblemente. Para el próximo lunes, en el mismo escenario del Liceo Marítimo, nueva reunión para examinar lo sucedido este domingo en el Municipal de Bouzas", anuncian.

El Burgos, equipo contra el que Otero se jugará el cargo, está firmando un mal arranque de temporada y marcha ahora mismo en la decimoséptima posición, con solo cuatro puntos más que los aurinegros. Han perdido los tres partidos que han disputado hasta el momento como visitantes y el pasado domingo fueron derrotados en El Plantío por el Coruxo. Su entrenador, José Manuel Mateo, también corre peligro y si pierde el domingo en Vigo es muy probable que sea destituido. En Burgos se asegura que el club trabaja ya en busca de una alternativa.