Después de una accidentada pretemporada, marcada por las lesiones y los viajes de los internacionales por las "ventanas FIBA", el Monbus Obradoiro inicia hoy (20.30) un nuevo curso liguero ante el San Pablo Burgos, que llegará a Santiago reforzado por su notable rendimiento en los partidos veraniegos.

Será una buena prueba de fuego para el equipo gallego, que un año más ha tenido que reinventarse tras la pérdida de los cuatros jugadores que más minutos acumularon en la pasada liga: Bendzius, Pustovyi, Matt Thomas y Radovic. Bajas que el Obradoiro ha suplido con jugadores jóvenes y sin experiencia en la Liga Endesa, a los que se unieron el alero griego Kostas Vasileiadis y el ala-pívot Maxime De Zeeuw, que centran la preocupación de Moncho Fernández. Vasileiadis trabajó con limitaciones en el último entrenamiento por molestias en el gemelo, mientras que el belga apura su recuperación de una lesión en el ligamento del tobillo.