El proceso de creación del Céltigas se está desarrollando con celeridad. Efectuado el bautizo y elegida la directiva, en estos días se procede a la elaboración de sus estatutos. El papeleo debería culminar la próxima semana con la inscripción en el registro de sociedad. Se hará entonces oficial el parto del primer club ciclista gallego exclusivamente femenino. Una entidad que nace como plataforma, plaza y refugio. A varias de sus componentes ya se las podrá ver este sábado en una marcha de 100 kilómetros desde Vigo, con ida y vuelta a A Guarda.

Las coruñesas Estefanía Abelenda y Ana Barbeito, la carballesa Ana Nus, la vilagarciana Aída García, la lucense Mar Arias y la viguesa Lúa Soto, en una junta que retrata su vocación territorial, acompañan a la también olívica Elena Martín. Primera presidenta del Céltigas Club Deportivo Femenino de forma natural, pues la iniciativa surgió de la imaginación común con su amiga Lydia Adelin; esta autoexcluida de cualquier cargo porque solo se maneja en su inglés natal.

Fue en ese idioma, en sus charlas con Elena Martín, que surgió la idea. Hablaban de sus dificultades para organizar 'grupettas' femeninas con las que salir a rodar por los alrededores de Vigo. "Todas teníamos los mismos problemas. Nos costaba seguir a los chicos, porque al final los cuerpos y las fuerzas son distintos, y era difícil encontrar gente. Nos dijimos: '¿Por qué no intentamos hacer una salida de chicas de la zona?", relata Elena. Planificaron quedar un día de noviembre de 2017 en Samil, circular hasta Baiona, subir el Alto da Groba y regresar. Realizaron la convocatoria por medio de Strava, una red social dirigida a ciclistas y corredores populares. Elena y Lydia se sorprendieron al llegar al lugar de la cita. "Pensábamos que íbamos a ser cinco o seis. Fuimos 33".

Las participantes de esa salida fundacional crearon un grupo de Whatsapp, que pronto fue extendiéndose. Ahora mismo son 120 las ciclistas anotadas de diferentes zonas de Galicia. El grupo ha adquirido peso con rapidez. Cuentan con el apoyo de la Federación Española y la Gallega. A veces realizan quedadas comunes, como una de 75 kilómetros en A Illa de Arousa -incluso con coche federativo de apoyo- y en otras la actividad se fragmenta en quedadas más locales y reducidas. "Eso está muy bien porque las chicas se van conociendo entre sí y ese es el objetivo para promocionar el ciclismo femenino", celebra Elena.

A esa creciente legión llegan sus reclutas desde orígenes diversos: ciclismo de carretera y montaña, triatlón, orientación, incluso jugadoras de hockey o baloncesto. El nivel es variado, "desde campeonas de España que están yendo a Mundiales a chicas que empiezan haciendo 30 kilómetros y se enganchan. Siempre se sale con afán de ir tranquilas".

Existe otra ventaja, que es la protección que concede el número. "Ya normalmente a los ciclistas no nos tratan muy bien en la carretera, Si encima ven que eres chica y que vas sola, todavía peor. Te gritan desde los coches", se lamenta Elena. "En grupo es todo más agradable. Juntas vamos más arropadas, es diferente y también te lo pasas mucho mejor".

La decisión de edificar una estructura más consistente sobre la base creada en el grupo de Whatsapp surgió entre conversaciones de ergonomías y badanas. "Hace mes y medio empezamos a hablar de crear un club que fuese solo de mujeres para poder federarnos, tener un seguro... La iniciativa tuvo una acogida increíble", indica. Cincuenta se han anotado en ese Céltigas CDF, elegido como tal "en votación, como se hace todo" por "los orígenes celtas y el juego de palabras con 'a todo gas', que se usa mucho en la bici cuando le metes caña".

En breve el Céltigas será una realidad institucional como lo es en la carretera, que este sábado volverán a recorrer en una reunión general. Después irán ampliando su actividad, que será "con una parte social y otra de competición"; por sobre todo, de amor a la bicicleta.