El Coruxo se llevó un importante y merecido punto de su visita a Navalcarnero, donde rendía visita a un renovado equipo que parte con el mismo objetivo que los vigueses; esto es, no pasar apuros y mantener la categoría. En un partido con dos partes bien diferenciadas, los locales tuvieron sus opciones en una primera mitad de vaivén, en la que pudo pasar cualquier cosa, mientras que los de Jacobo Montes fueron claramente superiores tras la reanudación.

Las imprecisiones y falta de acierto de cara al marco contrario fueron el verdadero talón de Aquiles de un Coruxo que fue de menos a más a lo largo de los primeros cuarenta y cinco minutos. A pesar de las dudas que habían surgido en la pretemporada navalcarnereña, el arranque del conjunto madrileño fue muy bueno, sin apenas dar opción a un rival que veía cómo el equipo local buscaba inaugurar el marcador lo antes posible. El primer intento lo haría Carlos, con un buen disparo desde la frontal, que se marchaba alto.

Era la antesala del tanto madrileño, que llegaba en el minuto diez tras una buena jugada de Joaquín, quien se marchaba con el cuero por la banda zurda, apuraba línea de fondo, esquivaba a cuanto rival se le pusiera por medio, y enviaba el esférico al segundo palo, donde remataba Stevens. El rechace lo atrapaba Bermejo, que fusilaba sin piedad entre los tres palos del marco defendido por Alberto.

Fue lo que necesitó el Coruxo para despertar. Tres minutos después pudo llegar el empate tras unas polémicas manos de José Antonio dentro del área que el colegiado canario no quiso pitar. Un minuto más tarde, Samanés se hacía con el balón en la zona de tres cuartos y se plantaba en el área madrileña, pero su disparo se marchaba alto. El Coruxo, poco a poco, se iba haciendo con el dominio del partido y fruto de ello eran las ocasiones que creaban. Fernando lo intentaría con un disparo de falta desde 25 metros, pero enviaba el esférico a manos de Héctor. Poco después, se producía una buena contra viguesa y Sergio Rodríguez la ponía desde la izquierda para que Fernando, solo ante el portero, golpeara por encima del travesaño.

Los intentos y las oportunidades se sucedían por el bando visitante pero el gol no llegaba. La parada acordada para refrescarse no hizo sino dormir el partido y las tornas se igualaron hasta el descanso.

Tras la reanudación, la primera oportunidad sería local, con un lanzamiento lateral de falta de Cifo que Esnaider cabeceaba, sin éxito. Fiel al dibujo de la primera parte, tras los primeros quince minutos de control rojiblanco, el Coruxo se empezó a estirar y dispuso de una clara oportunidad por mediación de Silva, que se quedaba solo ante Héctor, que pudo ser el cantado empate. La falta de puntería volvía a jugar una mala pasada a la escuadra viguesa.

En el minuto setenta, el técnico madrileño ya había apurado los tres cambios, dos de ellos por lesión, y el último recambio, el ghanés Abu, pudo ampliar la distancia en el balón que tocó, con un zarpazo desde la frontal que atrapó con seguridad Alberto.

A la jugada siguiente llegaría el ansiado y merecido empate. Saque de banda, el cuero llegaba al primer palo, el defensor local se escurre, no llegaba a despejar y Silva no dudaba en empujar el balón al fondo de la red local. Llegaba el empate y el equipo de Jacobo Montes no se conformaba, iba a por la victoria.

El tanto del triunfo vigués pudo llegar a cuatro minutos para el final, cuando un fallo en la pérdida del centro del campo navalcarnereño pudo hacer que Silva se plantara solo ante Héctor. La acertada intervención del guardameta local impidió que el segundo gol subiera al marcador.

Los minutos iban pasando y la sensación era que estaba más cerca el gol del Coruxo, aunque el Navalcarnero no renunciaba, a balón parado, a deshacer la igualada. Los últimos minutos serían un constante toma y daca entre dos equipos que buscaban los tres puntos, sin conseguirlo.