Julen Lopetegui tiene trabajo. Más del que seguramente presumía cuando hace unos meses aceptó la propuesta de Florentino Pérez de hacerse cargo del banquillo del Real Madrid. La derrota ante el Atlético de Madrid en la Supercopa de Europa supone un pequeño toque de atención para los blancos entre otras razones porque el partido dejó entrever algunas importantes carencias en el Real Madrid. No es que hiciese un mal partido (en muchos momentos fue netamente superior al Atlético) sino que cuando el partido evolucionó su rival encontró soluciones y situaciones que le hicieron decantar el duelo de su lado mientras el Real Madrid se quedaba inmóvil en el campo.

Es evidente que la incorporación tardía de algunos de los internacionales les hizo llegar con un punto de forma menor que el de sus vecinos. Pero el conjunto blanco no encontró solución para el cambio de Casemiro (cayó en picado sin el brasileño sobre el terreno de juego) y los jugadores que fueron brotando del banquillo no dijeron gran cosa.

Es ahí donde se produce el esperado debate sobre el espacio que deja Cristiano Ronaldo, protagonista en la distancia de todo lo que acontezca en el Real Madrid. Sin él la vida no puede ser la misma. No tiene por qué ser peor, pero sí diferente. Aunque Bale y Benzema han demostrado tener el ansia y el fútbol para ocupar parte del espacio inmenso que deja el portugués, posiblemente el Real Madrid necesita alguien que demuestra esa misma voracidad en el área contraria. Contra el Atlético de Madrid, el conjunto de Lopetegui acusó esa falta de veneno en el área que con el portugués estaba garantizada.

Quedan casi dos semanas de mercado y es posible que en ese tiempo el Real Madrid se mueva para ganar fondo de armario, gol, y evirtarle algún dolor de cabeza a Lopetegui.