El Gran Premio de Hungría es otra de las carreras "pestosas" del mundial, de esas tediosas en las que apenas son posibles los adelantamientos. De ahí la importancia de la parrilla. Y desde la pole ganó Lewis Hamilton su segunda carrera consecutiva, la quinta de la temporada, para aumentar a 24 puntos su renta en la general sobre un Sebastian Vettel que, segundo, logró minimizar la pérdida después de que tuviera que vérselas con un Valtieri Bottas que pareció perder los papeles en la recta final de la carrera. Primero se tocó con el alemán intentando defender una posición indefendible dado el estado de sus neumáticos (completó 55 vueltas con el mismo juego) y luego, tras verse superado también por Kimi Raikkonen, siguió jugando a los coches de choque con un Daniel Ricciardo ejemplar; cuarto tras haber salido duodécimo y de caer hasta la decimosexta plaza tras un encontronazo con Ericsson en la primera curva. El australiano de Red Bull fue, sin duda, el mejor piloto en pista.

Pero cuando ni el motor (Mercedes o Ferrari) ni la aerodinámica (Red Bull o Toro Rosso) te permiten ganar posiciones, sólo cabe gestionar al máximo los neumáticos y completar una carrera sin mácula para ganar posiciones. Y ahí nadie como Fernando Alonso. El asturiano partió undécimo y no sólo estiró al máximo el primer juego de neumáticos sino que optó por el compuesto más duro para asegurar llegar sin problemas al tramo final. No es que arriesgara, es que a McLaren no le queda otra dadas sus carencias aerodinámicas; un déficit tan tremendo que en lo que llevamos de temporada ya se han cobrado las destituciones de Eric Boullier, Matt Morris y Tim Goss como máximo responsable del equipo, director de ingeniería y director técnico, respectivamente. En términos futbolísticas, McLaren ya se ha cargado al entrenador, al preparador físico y al secretario técnico. Afortunadamente para los de Woking las manos del piloto asturiano lograron ayer otro pequeño milagro. Sin más adelantamiento en pista que el desdoblarse de Bottas en la penúltima vuelta, cuando el finlandés había perdido su alerón delantero tras su toque con Vettel, logró ganar tres plazas respecto al puesto en la parrilla para finalizar octavo y llevarse otro cuatro puntos al morral.

Todo un premio superlativo para la escudería del coche naranja (Vandoorne abandonó por un problema en la caja de cambios cuando era noveno tras el ovetense) y un buen regalo de cumpleaños (37) para un Fernando Alonso que mantiene una relación muy especial con el circuito húngaro. Aquí ganó su primera carrera (2004 con Renault), aquí logró el que sigue siendo su último podio (2014 con Ferrari) y aquí ha conseguido finalizar en los puntos en sus cuatro últimas temporadas con McLaren, lo que dadas las circunstancias tiene tanto o más valor que lo anterior: quinto en 2015, séptimo en 2016, sexto en 2017 y octavo ahora.

Lo que ganó Alonso lo perdió, y más, Carlos Sainz. El de Renault había firmado el sábado su mejor clasificación histórica al lograr la quinta plaza en la parrilla, pero ayer debía conformar con finalizar noveno. El madrileño empezó seis plazas por delante del ovetense y acabó detrás suyo. Ojo, y ambos iniciando la carrera con el mismo compuesto de neumáticos, lo que aún da más valor a lo conseguido por el bicampeón asturiano.

La incuestionable victoria de Hamilton vino acompañada de un premio muy especial, pues el británico de Mercedes se irá de vacaciones -el "Circo" retomará su actividad el 26 de agosto con la disputa del GP de Bélgica- contando con una renta de 24 puntos sobre el Ferrari de Vettel, la mayor ventaja lograda a lo largo de la temporada. A falta de nueve carreras el pulso entre ambos sigue abierto, pero el colchón de seguridad a favor del británico es notable en lucha ambos por la que sería su quinta corona.

Alonso, sin vacaciones

Quien no tendrá tantas vacaciones como el resto de pilotos de la parrilla será Fernando Alonso, que el 19 de agosto tiene marcada en su calendario la tercera cita del Mundial de Resistencia: las 6 Horas de Silverstone. El asturiano volverá a ponerse a los mandos del Toyota número 8 junto al japonés Nakajima y el suizo Buemi en busca de una tercera victoria tras los triunfos logrados en las 6 Horas de Spa y las 24 Horas de Le Mans. Alonso, Nakajima y Buemi suman un total de 65 puntos por los 45 de "Pechito" López, Kobayashi y Conway, sus compañeros-rivales del segundo coche de Toyota.

Menos vacaciones en días, sí; pero para Fernando Alonso a buen seguro que ponerse de nuevo a los mandos de un coche ganador como es el Toyota ya supondrá un descanso. Un fin de semana para disfrutar con los amigos que tiempo habrá para seguir sumando a base de sufrimiento con el McLaren de aquí hasta el final de temporada. El que realiza a bordo del McLaren en la Fórmula 1 sí que es un auténtico mundial de resistencia, físico y anímico, para el asturiano.

Haz click para ampliar el gráfico