Xavi Hernández ha sido el último nombre en apuntarse a la carrera por convertirse en el próximo seleccionador español tras el seguro adiós de Fernando Hierro. El propio Rubiales confirmó en el vuelo de regreso desde Kranodar que el malagueño no seguiría en el banquillo y que su intención es que siga al frente de la dirección deportiva de la Federación Española de Fútbol.

En las primeras horas, con el cuerpo aún caliente de la selección española, los primeros nombres que sonaron como aspirantes a suceder a Hierro fueron los de Luis Enrique, Quique Sánchez Flores, Míchel, Paco Jémez e incluso el de Quique Setién. Lo único que dijo el presidente de la Federación Española es que se buscaría un técnico que priorizase dos cualidades que según él debía mantener el fútbol español: posesión y profundidad. De esos primeros candidatos parece difícil que Luis Enrique fuese a aceptar (además del problema que supondría su nulo tacto en sus intervenciones públicas) o que el Betis liberase a Quique Setién. De este modo, la lista de aspirantes se reduciría ya un poco.

Pero ayer a la carrera se unió un nuevo nombre, el de Xavi Hernández. El exbarcelonista ya tiene el título de entrenador aunque aún no ha ejercido. En las últimas jornadas se ha destacado por su encendida defensa de Rubiales tras destituir a Lopetegui. Su nula experiencia juega en su contra así como su estrecha relación con el Barcelona (lo que le generaría seguramente cierta hostilidad en la opinión pública y los medios madrileños). Un problema en un tiempo en el que la guerra futbolística entre Madrid y Barcelona no parece tener remedio. A su favor juega su conocimiento y que seguramente nadie mejor que él representó en el campo los tiempos gloriosos de la selección.