"Siempre confié en Iago Aspas. verle fallar el penalti fue una desilusión muy grande, pero creo que él cambió el juego de España. Hasta que no entró el ataque era muy lento", explicaba al término del encuentro, con la evidente desilusión de la eliminación, Jesús Pombal, el que fue entrenador de Aspas a los 11 años, en su única etapa como futbolista del CD Moaña. En el bar La Cibeles se reunieron integrantes de la directiva del club local, alguno de ellos enfundado en la camiseta de la selección. Por su parte en el bar Frappo´s, en donde se reúnen los integrantes de la Peña Iago Aspas y amigos del futbolista, no había ni un asiento libre desde media hora antes de que comenzase el encuentro.

Los integrantes de la Peña lo tenían claro y en cuanto sonó el pitido inicial ya estaban reclamando a Fernando Hierro que quitase del campo a Diego Costa y pusiese en su lugar a su vecino más ilustre. Y es que el golazo decisivo ante Marruecos que anotó el delantero del Celta hizo creer a sus vecinos que sería titular en el encuentro de octavos de final frente a Rusia. Quizá por eso a la hora del encuentro en las calles de Moaña no se veía ni un coche. Todo el mundo estaba pegado al televisor.

En el Frappo´s celebraron el gol en propia puerta que adelantó a España y se lamentaron cuando Piqué cometió el penalti del empate. En el bar La Cibeles, por su parte, tenían claro que el encuentro era soporífero hasta que Hierro por fin metió a su vecino. "¡Vamos Iaguito!", gritaban cada vez que tocaba la pelota. A falta de cinco minutos para el final del encuentro, la ocasión más clara de Aspas hizo que todos los asistentes saltasen de sus sillas. Uno de ellos se atrevió a gritarle a través de la televisión: "¡Si marcas el gol de la victoria te nombramos hijo predilecto!".

Jesús Pombal, el que una vez fue su entrenador, mostró su enfado porque Hierro no lo eligiese como titular. "Iago siempre va sobrado de fútbol. Demostró que es el mejor delantero de la selección. Creo que no lo ponen porque la prensa le da más bola a los jugadores de clubes grandes y los seleccionadores prefieren jugársela con ellos, por si pierden que no les den palos", lamenta. También especuló con la opción de que el plan de Hierro fuese revolucionar el tramo final del encuentro con el delantero gallego. "Estoy seguro de que Aspas, en el banquillo, analizó perfectamente el juego de Rusia y sabe que es mejor que cualquiera de los que están en el campo. Así saltará con muchas más ganas. Él necesita estar fresco para mostrar su velocidad. Siempre fue muy bueno leyendo el fútbol", recuerda.

Entre los asistentes al bar La Cibeles se encontraba el propio abuelo de Iago Aspas, Ramiro Juncal. Al término de los primeros 45 minutos también lamentaba la suplencia de su nieto: "Non digo que sexa o mellor de España, pero dos peores non é, a así o demostrou", apuntó. Reconoció el "orgullo que supón ter a un neto xogando un Mundial de fútbol" y esperó en todo momento su entrada al verde.

El ambiente de encuentro aburrido dio paso en los bares moañeses a la ilusión en el tramo final del tiempo reglamentario, cuando Aspas se vistió de corto y saltó al terreno de juego. De todas formas, con el paso de los minutos y mientras se acercaba la temida tanda de penaltis, los vecinos del municipio volvieron a perder el entusiasmo que les había dado la entrada en juego de su paisano. Solo con la oportunidad de Rodrigo, que tenía solo a Aspas pero no le vio y tiró contra el guardameta ruso, se volvieron a escuchar voces. En esta ocasión no eran de ánimo, sino de reproches al delantero del Valencia.

Cuando comenzó la tanda de penaltis se hizo el silencio en los bares. Nadie sabía si Aspas iba a tirar. Los goles de España iban cayendo entre gritos de rabia y alivio. El fallo de Koke fue recibido con varios "xa está. Isto xa rematou". De todas formas, ver a Aspas dirigirse al punto de penalti volvió a levantar los ánimos, hasta que el portero Akinfeev le despejó el balón. Entonces la mayoría de los aficionados se levantaron rápido para pagar en la barra y dejar atrás un encuentro demasiado largo para el poco fútbol que propuso.

Nadie se atrevió a reprochar nada a Aspas, del que están orgullosos "porque foi un dos mellores xogadores de España nos poucos minutos que tivo".

El presidente del CD Moaña, Cándido Blanco, digería la derrota y quitaba hierro al error de su vecino desde los 11 metros. "Ya había fallado Koke. Su error no fue el decisivo. De todas formas, el partido se perdió durante los 90 minutos. España jugó con mucha pasividad y eso no puede ser".

El abuelo del delantero del Celta se expresaba en términos muy parecidos: "Ao errar o penalti de Koke xa estaba claro que España ía perder. A pena foi non poder gañar antes de prórroga", lamentó. Puntualizó que ahora, lo importante es "que Iago chegue ben de Rusia. Seguro que se reporá pronto desta derrota".

Santomé

Entre los clientes del bar La Cibeles se encontraba también Suso Santomé, uno de los exfutbolistas profesionales que dio la prolífica cantera de Moaña. El que fue defensa del Celta entre los años 1975 y 1983, fue muy duro a la hora de hablar del juego de la selección española. "Rusia non ten nada, pero cando collen o balón salen a atacar e tratar de marcar gol. España só especula", describió.