Se traspasan el cargo como una prolongación de lo que sucedía en la cancha, donde llegaron a coincidir. Ramón González-Babé le pasa la presidencia a Xoán Martínez Reboredo como cuando se transmitían el oval siendo medio melé y apertura del XV del Olivo.

- ¿Por qué se decide a asumir la presidencia?

- Varios compañeros llevábamos un tiempo hablando de la necesidad de dar un relevo a Ramón, tras tantos años liderando la presidencia del club. Pensamos que ahora es el momento correcto. Aunque se sigue manteniendo la misma estrategia, pasamos a otra etapa en la que hay mucha gente; no solo mucho jugador sénior sino también júnior, con mucha categoría inferior, mucho padre alrededor, mucho veterano también? Queremos organizarnos mejor y que tanto esfuerzo merezca más la pena con esa planificación que pretendemos.

- Babé se queda como vicepresidente. Es una transición dulce.

- Es un cambio tranquilo, una evolución natural, entre amigos, sin que nadie desaparezca en absoluto. La estrategia sigue siendo la misma. Así como vamos cumpliendo hitos, hacen falta una serie de ajustes, que pasan por la planificación y organización.

- ¿El primer equipo mantiene sus líneas estratégicas: cantera y solo fichajes puntuales?

- Absolutamente. El esfuerzo que estamos haciendo desde hace diez años, trabajando con la cantera, va a seguir manteniéndose. Queremos que esa cantera vaya llegando por fin a los equipos de arriba. Haremos algún refuerzo, siempre puntual, a nivel de plantilla en el equipo A. Pero el corazón del club será la generación de cantera y su cuidado.

- Concluye la etapa de Norm Maxwell. ¿Produce vértigo? ¿Saben cómo sustituirlo?

- Estamos trabajando en ello. Para Norm solo tenemos palabras de agradecimiento. Se lo hemos hecho ver en persona. Ha marcado al club. Mucho de lo que ha transmitido continuará: el espíritu de tribu, de equipo, de pertenencia a un club que sea social y no solo deportivo o resultadista? Mantendremos los valores del rugby y que esos valores trasciendan más allá del campo. Norm ha reforzado todo eso mientras estuvo con nosotros y ese espíritu seguirá estando.

- ¿Él ha entendido que el ciclo se había agotado?

- Él entendía que estábamos en un punto en donde ya no había una evolución muy notable. Fue hablar y entender que esto era lo mejor para el club. Afortunadamente todos lo pensamos así. De ahí ese cambio. Sí da vértigo pero confiamos mucho en que haremos lo mejor.

- Sucede a un presidente con el que se ha disfrutado la División de Honor por primera vez en la historia del rugby gallego.

- El listón queda muy alto. En nuestra estrategia, que es a largo plazo, una de las grandes metas es seguir siendo el faro de referencia del rugby gallego; no solo a nivel mediático, sino a nivel de cantera y de atracción del talento gallego. Queremos hacer del rugby gallego uno de los mejores de España. Para eso se necesitará tiempo lógicamente.

- ¿Es sencillo evitar que el regreso a División de Honor se convierta en una obsesión?

- Somos un club muy competitivo. Nos gusta siempre ganar y estar lo más alto que podamos estar. Para eso se necesitan estructura de club y dinero. Hace unos años eso no lo teníamos. Teníamos una posición en División de Honor A sin una posición económica fuerte y sin un club que generase jugadores de forma continua para alimentar una plantilla competitiva. En su momento el descenso casi fue una virtud. Nos ha permitido coger resuello y atacar el ascenso en un futuro esperemos que cada vez más cercano.

- ¿Se mantendrá esa doble condición de dirigente y patrocinador?

- Nosotros siempre estuvimos, siempre estamos y siempre estaremos detrás del club. Por supuesto sería un placer dar un paso a un segundo nivel para que alguien con fuerzas cogiese un patrocinio principal. Nos encantaría. Nuestra absoluta prioridad es el futuro del Vigo R.C. Si eso pasa por un nuevo compañero, una segunda nueva empresa que aporte más y mejores cosas, bienvenido.

- Una prioridad es un campo más cercano al caso urbano.

- Creemos que todas las partes tienen un espíritu positivo al respecto. Necesitaremos más tiempo. Pero vemos que las cosas se mueven. Desde luego es muy importante. La conexión rugby-ciudad pasa por un campo próximo. En Marcosende se hace difícil animar a tanto niño y a tanto padre a acercarse.