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El Madrid sobrevive en un duelo de gigantes

Benzema, que marcó un doblete, y un soberbio Navas neutralizan a un gran Bayern y llevan a los blancos a la final de Kiev

Benzema celebra uno de sus goles. // Kai Pfaffenbach

El bombo suizo emparejó a los dos equipos más ilustres de las semifinales. Sólo podía quedar uno y, como empieza a ser costumbre, fue el Madrid el que sacó billete para Kiev. Lo hizo tras 90 minutos de sufrimiento, ante un Bayern que fue incluso mejor que el de Munich. Los alemanes pusieron el fútbol pero, como en la ida, no cuidaron los detalles. Con 1-1, una mala cesión a su portero permitió a Benzema marcar su segundo gol de la noche. En el otro área, el Madrid no regaló nada. Los goles del Bayern fueron consecuencia de la avalancha de juego del equipo de Heynckes. Y no marcaron más porque Keylor Navas volvió a ser un ángel de la guarda con botas.

Parecía difícil que el Madrid viviese otro partido tan agobiante como el de Múnich, pero así fue. En cierto modo se pareció al episodio con la Juve en el Bernabéu porque los fantasmas aparecieron muy pronto. El Bayern salió a por todas y, al segundo intento, un mal despeje de Sergio Ramos dejó el balón a huevo en el área para Kimmich, un lateral con alma de delantero. Sólo iban tres minutos y la eliminatoria ya estaba en el alero. Al Madrid, con Lucas Vázquez en el lateral derecho y Kovacic por Casemiro, se le descosían las costuras ante un Bayern que enseñó sus cartas desde el principio: Thiago en lugar de Javi Martínez como mediocentro defensivo.

Con el 0-1 empezó un partido de toma y daca, de dos equipos que disfrutaban con el balón y no sabían qué hacer sin él. De la refriega salió pronto el empate, con una jugada del Madrid de toda la vida: desequilibrio de Marcelo por la izquierda y centro muy pasado, al segundo palo, que encontró a un Benzema que le ganó la espalda a Alaba como el consumado rematador que tantas veces desmiente ser. Hasta el descanso hubo peligro para los dos porteros, aunque Keylor empezó su recital sacando con el pie un remate de Lewandowski que, tras una pugna aérea de Marcelo y Müller, acabó con James fallando a puerta vacía.

Nada más empezar el segundo tiempo, el Bayern se pegó un tiro en el pie, aún más doloroso que la jaimitada de Rafinha y Kimmich en Munich. Tolisso convirtió una rutinaria cesión a su portero en una bomba de relojería. Ante el acoso del enchufado Benzema, Ulreich dudó entre despejar con el pie o cogerla con la mano y acabó dejando el camino libre para que el francés, como Asensio hace una semana pusiera el 2-1.

Con el Bayern apremiado por el resultado y por el tiempo, el partido soltó definitivamente amarras. Los alemanes se fueron con todo arriba, tejiendo jugadas con paciencia y calidad para llegar muy a menudo a posiciones de remate. El que marcó, con media hora por delante, fue James, atento para aprovechar un rechace de Varane, el enésimo, a tiro cercarno de Müller.

Con el Bayern crecido y el Madrid agarrotado, Zidane metió el bisturí: Bale para correr y Casemiro para tapiar. No consiguió ni una cosa ni otra y el bombardeo del Bayern se recrudeció. Tolisso y Müller volvieron a reclamar la agilidad de Keylor Navas, mientras el Bernabéu aguantaba la respiración. El Madrid vivió con angustia los cinco minutos de prolongación, más otro por las pérdidas de tiempo, decretados por Çakir. Hasta el último segundo lo intentó el Bayern, pero Müller no llegó a un balón largo y el Madrid cantó victoria.

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