La junta directiva del Rápido de Bouzas ha decidido por unanimidad conceder a Patxi Salinas la insignia de oro del club. El técnico vasco, artífice del histórico ascenso a Segunda B de 2017, será nombrado además socio de honor. La insignia le será impuesta este domingo, en los prolegómenos del partido contra el Fabril.

"Me hace muchísima ilusión", confiesa Salinas desde Bilbao. "Muchas veces no esperas nada de nadie. Que mi antiguo club me honre así me llena de orgullo. Lo recogeré yo, pero en nombre de mucha gente que ha trabajado conmigo, tanto del cuerpo técnico como jugadores. Es un premio merecido para todos".

El excéltico elogia cómo ha gestionado Borja Jiménez su herencia, situando al Rápido en la zona alta de la clasificación: "El club va a formar parte de nuestras vidas. Hicimos una cosa bonita, histórica. Siguen el director deportivo, el presidente, directivos, el club... Vinieron otro entrenador y otros jugadores que están dando una continuidad brutal al trabajo que se hizo de subir. No era fácil para ellos. Era un año de transición, de mantener el tipo como se pudiese, y están peleando por la fase de ascenso. Da gusto. Dejamos el equipo en muy buenas manos. Se han hecho muy bien las cosas y todos nos alegramos".

A Salinas no le fue igual de bien en la separación. En febrero era destituido en el Burgos. "Fue muy doloroso". Relata su experiencia: "Llegué a un club que jugaba play off por no descender. Cuando yo ficho, hay tres futbolistas. Tenemos que retrasar la pretemporada. Empezamos de una manera sensacional. La comunión de la afición conmigo es brutal, tengo cánticos en la grada desde el primer día. Me sorprendía haberme ganado tan pronto el respeto de la gente. Estuvimos once jornadas sin encajar goles. Luego la temporada es larga. Cuando deciden cambiar de entrenador estábamos séptimos, a un partido del play off, en la jornada 24 y siendo el equipo menos goleado. Teníamos un problema importante con el gol, que lo sabíamos, yo lo había manifestado muchas veces. Tomaron esa decisión pensando que iban a mejorar y se han puesto a 16 puntos del play off. El cambio ha sido a peor. Cometieron un error. La temporada estaba siendo increíble".

A Salinas le consuela la devoción de los hinchas burgaleses. "Había puesto mucha ilusión. Me queda un recuerdo maravilloso de la afición y de la ciudad. El domingo pasado estuvieron cantando mi nombre. Me he quedado con la sensación de haber hecho las cosas muy bien", destaca.

De su futuro, revela: "Me ha llamado un equipo pero voy a esperar. No tengo prisa por firmar. Quiero grupo I o grupo II. Me encajarían porque resido en Galicia y Euskadi. Por grupo III o IV esperaría un poquito. Voy a intentar buscar un sitio en el que pueda trabajar a gusto y participar en la confección de la plantilla, que fue mi pecado en Burgos. No me importa el tema económico, sino lo deportivo".