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motociclismo - Trial

En busca de la felicidad

Jorge Casales afronta un nuevo reto deportivo en Vértigo con el sueño de recuperar la ilusión perdida tras un duro año Beta - Se estrenará en Teruel este fin de semana

Jorge Casales, durante un entrenamiento. // FdV

"La verdad es que creo que me hacía falta un cambio. Llevaba tres temporadas en Beta y al principio las cosas funcionaban bien pero luego la comunicación, yo creo que por el idioma y la distancia, no me hacía sentir cómodo". Jorge Casales se sincera. Suelta lastre y se prepara para el futuro. Un futuro que se tiñe de verde tras su fichaje por "Vértigo" para las dos próximas temporadas.

"En Vértigo a la hora de trabajar tengo casi toda la fábrica a mi disposición", dice. "Estoy muy ilusionado y con ganas ya de empezar las carreras". Precisamente, este fin de semana podrá estrenarse con su nueva marca. "Tenemos la primera carrera en Teruel, la última del campeonato de España. Aún no estoy al cien por cien adaptado a la moto ya que es bastante diferente a la que llevaba antes, lo que supone un tipo de conducción diferente, pero a ver cómo sale todo. Estoy tranquilo", dice con serenidad.

Reconoce el piloto vigués que al principio el cambio le dio cierto temor. "No me gusta cambiar mucho de marca, ni de moto. Me gusta la estabilidad, pero ahora estoy muy motivado y con ganas. Me siento cómodo en mi nuevo equipo y la verdad es que lo principal es que ahora soy feliz y me levanto con ganas de trabajar, de ir a entrenar, de poner la moto a punto, de buscar mejoras tanto en la moto como en mi mismo".

Con su fichaje por Vértigo Casales ponía punto y final al que llegó a calificar como "el año más duro de mi carrera". "Por unos motivos u otros me han sucedido cosas que en este deporte nunca esperé que me pudiesen pasar. Luego en el entorno de mecánicos y mochileros había buen rollo pero también ciertas tensiones que nadie se atrevía a decir. No estaba cómodo pero estaba en una situación en la que no obtenía resultados por lo que no podía exigir nada a nadie. No salían las cosas, por lo que no podía quejarme. Estaba muy desilusionado porque empecé el año bien, me encontraba muy cómodo y en carrera tenía muy malas sensaciones y no salían las cosas", relata.

Un cambio de "aires, de personal, de casa, de ambiente" le ha devuelvo la sonrisa. "Al menos ahora estoy pasando unos meses muy feliz y estoy contento y con muchas ganas", reconoce tras aportar por un equipo que "creo que me da la opción de ser más regular". "La moto es muy estable y me da seguridad y sí que creo que podemos luchar por el grupo de cabeza", apunta.

El cambio es total. De equipo, de compañeros de trabajo, y hasta de casa. Así que ahora toca lo más difícil. La fase de adaptación, empezando por la moto. "Mi moto de antes era monoviga y este es tubular, lo que te obliga a otro estilo de conducción. Será todo muy diferente y aún tengo que adaptarme. La de Teruel será una toma de contacto", anuncia, aunque ya con otra fecha en su calendario. "Ya estamos trabajando en la moto del año que viene pero apenas tenemos tiempo libre porque el 3 de diciembre me han seleccionado para un mundialito indoor en Francia. Para pasar a las siguientes citas me tengo que clasificar entre los seis primeros y a ver qué sale allí".

"Será difícil", reconoce. "Hay pilotos muy competitivos y habrá que luchar y a ver qué pasa. El objetivo es intentar que el feeling sea bueno y a ver si podemos acabar entre los seis primeros".

Luego le esperan duros meses de trabajo para preparar la temporada. "El campeonato de España empieza en abril y el Mundial en mayo. Tendremos que trabajar muy intensamente", se mentaliza.

El objetivo en esta primera temporada en Vértigo es claro. "El primer objetivo es ser feliz. El reto será estar entre los cinco primeros en el Mundial y en el campeonato de España este año acabé cuarto y este año me gustaría acabar en el podio. Siempre soy ambicioso y por eso el objetivo es ambicioso".

Pero por encima de todo, Casales busca la felicidad. "Para mí si eres feliz y estás bien contigo mismo el resto casi viene solo", dice con ganas de dejar atrás el pasado. "Tuve problemas personales con gente de Beta. No nos acabábamos de entender. No era feliz y estaba muy quemado. No tenía la motivación y soy un poco radical en ese sentido. Si algo no me gusta o no estoy bien, no voy a medio gas. O voy a tope, o no voy. Así que decidí cerrar esa etapa. Si no aparecía algo mi idea era irme a Galicia y estar un poco con mi familia, vivir un poco la vida", apunta.

Pero llego Vértigo para devolverle la ilusión. "Tenían una propuesta que doblaba las condiciones de Beta, me insistieron mucho. No las tenía todas conmigo porque estaba bastante deprimido, pero al ver el interés que pusieron en mí decidí apostar por ello y no me arrepiento. He recuperado la ilusión y me siento como un niño con juguetes nuevos porque estoy en proyectos también con bicis, que es otro mundo que me apasiona". "Me pusieron un caramelo difícil de rechazar". Ahora se enfrenta a un año de muchos cambios, donde lo más importante es que por fin el vigués ha recuperado la sonrisa.

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