Las victorias curan heridas y reactivan el optimismo. Eso es lo que trata de conseguir el Celta tras ganar el domingo a Osasuna en LaLiga (3-0) y dejar atrás una racha de tres derrotas seguidas. El equipo de Eduardo Berizzo regresó ayer a los entrenamientos con buen ánimo para preparar el duelo del jueves en Ucrania (21.05 horas), donde necesita una victoria que le conduzca hasta los octavos de final de la UEFA Europa League (UEL). Entre la afición celeste se apela al espíritu de Villa Park, donde los Mostovoi, Karpin, Revivo y compañía eliminaron en 1998 al Aston Villa (1-3), tras caer en Vigo por 0-1. Ese mismo resultado obtuvo el jueves pasado en Balaídos el Shakhtar Donetsk, al que los célticos esperan apear de la competición continental esta semana. En el vestuario céltico reina el optimismo y se toma como referencia el triunfo que hace unas semanas consiguieron en el Santiago Bernabéu (1-2).

"Sabemos que nos enfrentamos a un gran rival, pero estamos convencidos de que podemos ganar fuera de casa y dar la campanada allí", proclamaba ayer Andreu Fontás, que confía en repetir titularidad en Járkov, tras ser uno de los destacados ante Osasuna.

No es la primera vez que el Shakhtar Donetsk se cruza en el camino de Fontás. El zaguero catalán estuvo a punto de debutar con el Barcelona en la final de la Supercopa Europea de 2009 ante el conjunto ucraniano, que meses antes se había proclamado campeón de la UEL. "Vamos a Ucrania a por todas. Aparte de en la efectividad, porque fueron muy efectivos, creo que el Shakhtar no fue superior a nosotros en nada", añadió el defensa, antes de apuntar que las claves para que el Celta no caiga eliminado en Europa pasan por "no encajar goles y estar acertados. A lo mejor va a ser un partido diferente al de aquí. Ellos igual nos atacan más porque juegan en su casa. Sostener su ataque y tener cuidado con sus contraataque será muy importante".

El Celta comenzó ayer a preparar el partido del jueves en Járkov -sede provisional del Shakhtar debido al conflicto armado latente todavía en Donetsk- pendiente de las lesiones de Hugo Mallo y de John Guidetti, que se perdieron la cita con Osasuna. Los médicos esperan que ambos se reincorporen hoy al trabajo con el grupo, ante la buena evolución de sus problemas físicos: el lateral de Marín sufrió una elongación en el aductor izquierdo, mientras que el delantero sueco mejora del esguince del tobillo derecho que se produjo en el partido de ida contra el conjunto ucraniano.

Es muy probable que Berizzo pueda contar con Mallo y con Guidetti para viajar mañana en el vuelo chárter que partirá de Peinador con la expedición celeste sobre las ocho de la mañana. Aunque el técnico argentino podría incluir en este desplazamiento a toda la plantilla, en el estadio Metalist de Járkov no podrá jugar Nemanja Radoja, obligado a cumplir un partido de sanción por acumulación de tarjetas amarillas.

El resto del equipo entrenó ayer, sesión que también completó Claudio Beauvue, a quien Berizzo espera ver jugar pronto tras recuperarse de la grave lesión en el tendón de Aquiles que sufrió en abril del año pasado. Menos trabajo tuvieron ayer los que fueron titulares ante Osasuna.

El triunfo ante el colista de Primera División supuso una inyección de moral, como ayer reconoció Fontás: "Era importante ganar, recuperar sensaciones. Era un partido que de ganarlo nos acercaría a nuestro objetivo de alcanzar puestos europeos y romper la mala racha de resultados, más que de juego, de los últimos partidos".

El central de Girona se muestra optimista ante el reto de voltear la eliminatoria europea: "Seguro que la victoria de ayer [por el domingo] ayuda para el partido del jueves. Nos marcamos como objetivo volver a ganar, después de una mala racha de resultados para afrontar el partido del jueves con el mayor optimismo posible. Sabíamos que la racha de juego venía siendo buena, pero los resultados no acompañaban. El partido de ayer lo marcamos con el objetivo de ganar, de recuperar sensaciones e ir a jugar un partido muy difícil el jueves, pero con todo el optimismo del mundo y pensando que podemos lograrlo".

Fontás resta importancia a las condiciones meteorológicas que se pueda encontrar el Celta en Járkov, donde durante el partido (se disputa a partir de las 22, hora local) se espera una temporatura máxima de 2 grados centígrados, pero con una sensación térmica de -4ºC. En esas condiciones, el terreno de juego del Metalist podría estar muy duro. A los célticos no les importa. "El frío será soportable, eso afecta más a los que no juegan que a los que están en el campo. Igual en el banquillo o fuera se pasará peor", añadió Fontás.

El Shakhtar, por su parte, continúa preparando el partido, pues el campeonato de Liga en Ucrania no se reanuda hasta el próximo fin de semana. Aunque no jueguen en Donetsk, el equipo que entrena el portugués Paulo Fonseca confía en contar con el respaldo de la afición local. "Espero que el estadio estará lleno. Es bueno saber que los aficionados de Járkov aman al Shakhtar", señalaba ayer el brasileño Marlo, a través de la cuenta de Twitter del club ucraniano.

La afición del Shakhtar tendrá que realizar un desplazamiento largo para acompañar a su equipo el jueves en el partido que acogerá el estadio Metalist, con capacidad para unos 38.000 espectadores.

Con el Celta viajará una veintena de seguidores y se espera que algunos más acudan por sus medios hasta Járkov, situada a unos 350 kilómetros al norte de Donetsk, cerca de la frontera con la Federación Rusa.

Allí intentará ganar el equipo de Berizzo para seguir vivo en la UEL. El optimismo reina en la plantilla céltica, como se han encargado de mostrar en las últimas horas jugadores como Jozabed, Rubén Blanco, Bongonda o Fontás.