El Celta ha aprovechado la suspensión del partido liguero que anoche iba a enfrentarle al Real Madrid para adelantar la preparación del segundo asalto de la semifinal de la Copa del Rey que el conjunto de Eduardo Berizzo disputará este miércoles en Mendizorroza contra el Alavés. La plantilla celeste es plenamente consciente de la relevancia del choque, el más importante en más de tres décadas, y se propone defender el empate sin goles firmado en Balaídos al máximo de su rendimiento.

La suave sesión de trabajo que Berizzo había programado para estirar músculos algunas horas antes de enfrentarse al Madrid se tornó en un entrenamiento mucho más exigente, de más de hora y cuarenta minutos de duración, que el cuerpo técnico enfocó ya con la mirada puesta en la semifinal copera del miércoles, en la que el Celta puede beneficiarse del valor doble de los goles en campo contrario si se acaba en empate para plantarse en la final.

Berizzo prepara el choque con su arsenal casi al completo, incluidos los recién llegados Jozabed Sánchez y Andrew Hjulsager, con los que el técnico se muestra encantado, a pesar de que es improbable que tengan demasiado protagonismo en el partido, que el equipo vigués abordará con el que se considera su once de gala.

Las únicas bajas con las que previsiblemente va a contar el entrenador argentino son las de Claudio Beauvue, lesionado de larga duración que tras diez largos meses de recuperación trabaja desde hace algún tiempo de modo progresivo con el grupo, y el portero Rubén Blanco, que se recupera de un esguince en el hombro derecho. El guardameta afronta la recta final de su convalecencia y podría esta a disposición del técnico para el compromiso liguero del próximo domingo ante el Atlético de Madrid en el Vicente Calderón.

El resto del plantel -al que se ha sumado mientras Rubén se recupera el portero del filial Iván Villar- está en plenitud de facultades para afrontar el choque copero.

Pese a contar prácticamente con todo su arsenal, no se esperan en Mendizorroza grandes novedades con respecto al equipo que empató sin goles en el primer asalto del cruce, el pasado jueves en Balaídos. Berizzo planeaba jugar anoche frente al Madrid con ocho o nueve jugadores suplentes y descargar de esfuerzo a sus titulares para que llegasen frescos al duelo contra los de Mauricio Pellegrino. Salvo en el frente de ataque, no se esperaba que Berizzo pusiese más de un titular por línea, con lo que la suspensión del partido, más que descanso, ha concedido al técnico celeste 24 horas más de preparación para el partido copero.

Después del empate sin goles firmado en la ida en Balaídos, la prioridad del Celta será marcar un gol que incline definitivamente el campo y la eliminatoria a su favor. Tendrá que hacerlo frente a uno de los mejores defensores de la Liga, al que los de Berizzo solo han logrado marcarle un gol, en superioridad numérica, en los dos encuentros que han disputado esta temporada en Balaídos.

La cuestión es si el preparador céltico repetirá el once de cuatro centrocampistas naturales, con Daniel Wass en el flanco derecho del frente de ataque, desplegado frente a los blanquiazules en Balaídos, o apostará por reforzar su potencial goleador incluyendo en el once al sueco John Guidetti, su jugador número doce esta temporada, como punta de lanza. Esta última decisión significaría desplazar a Iago Aspas al costado derecho y renunciar a uno de sus medios centro. La suspensión del choque frente al Madrid ha propiciado que todos ellos lleguen frescos al choque.