Siempre que la temporada empieza las expectactivas son altas para los aficionados. El sueño de recuperar las grandes capturas de antaño es perenne, aunque luego haya que darse bruces con la realidad. Entonces es el momento de disfrutar de la jornada, de poder levantar un par de perdices o comprobar que hay conejos, corzos, jabalíes más que llevar a casa. Aunque la lluvia de las primeras horas y la niebla por la mañana dificultó las labores del rastreo de los perros, por la tarde la salida de un poco de sol favoreció para que se lograse un aceptablenúmero de capturas en las zonas de Xinzo de Limia y O Irixo.

Cerca de 9.000 cazadores ourensanos salieron a primera hora de la mañana al monte para disfrutar del deporte cinegético, en una jornada en que las capturas se valoraron más que otras ocasiones debido al trabajo que tuvieron que realizar los perros por la mañana. Antonio García Reinoso, delegado de caza en Ourense, valora: "Creo que ha sido una jornada regular como el año pasado".