El Celta inicia su gira italiana con un meritorio triunfo ante la Fiorentina, quinto clasificado de la última Serie A italiana y potencial rival de los celestes en la próxima edición de la UEFA Europa League. En una prueba de empaque, frente a un adversario de igual pelaje, el grupo de Berizzo ofreció buenos momentos, variedad de recursos y se llevó un partido igualado porque puso más ritmo y filo a su fútbol pero también mayor efectividad que su oponente, que se presentaba ante su gente y desplegó todo su arsenal.

El partido lo decidió un gol de Bongonda, esta vez después de un magnífico servicio desde la banda contraria de Facundo Roncaglia, la novedad en el once, a quien Berizzo alineó como lateral derecho. El argentino formó en una línea de cuatro hombres con Sergi y Cabral en el eje y Jonny en el costado izquierdo. A diferencia de hace unos días en Melgaço ante el Valladolid, Berizzo apostó por un dibujo de tres medio centros, con Marcelo Díaz a la batuta, y Pape y Wass a sus flancos. El frente de ataque lo ocuparon Señé, muy activo aunque irregular en banda derecha; Bongonda, en la izquierda, y Iago Aspas en punta.

La igualdad presidió durante muchos minutos el duelo. Ambos equipos rivalizaron en posesión de pelota, pero fue el Celta el que dio mayor profundidad al juego y también el que el generó más peligro. Camino del primer cuarto de hora, Señé dispuso de una gran ocasión para adelantar al Celta tras recibir la pelota en el cogollo del área. Pero el catalán tropezó con un defensor y Aspas, en medio de un barullo, estrelló el rechace contra el portero.

Fue un anticipo del gol de Bongonda, que no mucho después remachó en el segundo palo un magnífico servicio de Roncaglia desde la banda opuesta. Y casi a continuación, tras un grave error de la defensa viola, el cortejó el segundo con un disparo de Pape, pero el balón se perdió por la línea de fondo tras pegar en un defensa.

El conjunto de Paulo Sousa replicó con una fulgurante acción providencialmente desbaratada por Jonny. Rossi, el ex del Villarreal y el Levante, filtró un pase al área hacia Vecino, que encaró en solitario a Sergio. Felizmente para el Celta, se demoró lo justo en el control y dio tiempo a Jonny a rebañarle la pelota antes de que pudiese armar el disparo.

La ocasión más clara de la Fiore la tuvo sin embargo Mauro Zárate quien, al filo del descanso, sacó astillas al travesaño tras romper la cintura a Sergi en el único error del eficiente central céltico en todo el partido.

Las buenas sensaciones no abandonaron al Celta tras la reanudación, aunque ambos equipos se repartieron la iniciativa y la pelota y se sucedieron las alternativas en el juego. Señé y Bongonda probaron sin suerte el disparo y Chiesa estrelló un remate en el lateral de la red. Luego cada equipo dispuso de una ocasión diáfana: la Fiore con un trallazo de Ilicic rechazado por Sergio que Marcos Alonso cruzó luego en exceso con Sergio vencido y el Celta con un disparo alto de Señé, que obvió un pase de gol a Aspas.

Con el habitual carrusel de cambios, el choque perdió ritmo, pero dejó algunos detalles interesante, como la decisión de Berizzo de volver a probar a Hugo Mallo como medio centro o el regreso a los terrenos de juego de Andreu Fontás después de casi nueve meses de calvario por una lesión en el tendón de Aquiles. Reconfortantes fueron también los primeros minutos en esta pretemporada de Orellana, que acaba de regresar de las vacaciones y se convirtió en el hombre más desequilibrante en un tramo final de partido en el que el Celta se acercó más al segundo gol que la Fiore al empate.