Tras trabajar para el Celta, Teis, Rápido de Bouzas, Choco o Mondariz, José Riveiro (Vigo, 1975) "hizo las Américas" a Finlandia. Allí, formó parte del cuerpo técnico del Honka y el PK-35 Vantaa, equipo que ascendió a la máxima categoría del fútbol finlandés. Ahora, afronta como segundo entrenador del HJK Helsinki el reto ilusionante de disputar la Europa League y poder enfrentarse al equipo del que es desde niño.

-¿Qué tal se le da el finés?

-Fatal (risas). Es como una especie de lenguaje secreto. Es muy difícil de asimilar y poder expresarse en finés. Después de unos años, manejas un vocabulario sobre todo para poder entrenar y para poder hacer alguna corrección. Luego, el día a día y el trabajo en el club es en inglés. Ya bastante trabajo con ir mejorando con el inglés como para plantearme poder hablar finés (risas).

-Tras dos años en el fútbol finlandés, y haciendo balance, ¿por qué aceptó un trabajo en una liga desconocida a miles de kilómetros de su casa?

-Desde que empecé a entrenar, la posibilidad de trabajar fuera de España siempre estuvo ahí. Me parecía atractivo. Por supuesto, nunca piensas en un país como Finlandia. Pero cuando surgió esta posibilidad, valoré que podía ser un trampolín para poder a ir a otra liga superior. En nuestro país, no es fácil progresar. Es muy difícil tener oportunidades cuando no has tenido un gran nombre como jugador. Y fuera, se valora el hecho de venir de un fútbol tan competitivo como el español.

-Afuera, si eres español, ¿el fútbol lo pone más fácil?

-Ellos son conocedores de los resultados del fútbol español. Sí que es fácil ganarse el interés por la forma que tenemos de entrenar en España y por la manera de desarrollar jugadores. A partir de ahí, tienes que demostrar que tienes capacidad.

-¿Qué es lo que más le ha sorprendido de Finlandia?

-No es un país que te lo ponga fácil. Es complicado ganarte a la gente, cuesta bastante. No te lo ponen sencillo. Una vez ven que pueden confiar en ti es gente en la que tú también puedes confiar. No son extrovertidos, pero a la larga acaban siendo generosos y gente de la que te puedes ganar su respeto.

-¿Existe pasión por el fútbol?

-El deporte rey aquí, es el hockey sobre hielo. Es donde invierten más dinero y en el que tienen mejores resultados, de donde exportan jugadores a otras ligas más potentes como Rusia, Estados Unidos o Suecia. Es normal teniendo en cuenta el clima. El invierno es muy largo.

-¿Cómo es el nivel?

-Hay muchas diferencias. El equipo en el que estoy yo es como una especie de Real Madrid en Finlandia. Ahora, hay otro club más que está invirtiendo bastante dinero, que el año pasado fue el campeón de liga y actualmente juega la fase previa de la Champions. Luego, están tres o cuatro equipos que tienen un nivel similar. El resto los equipararía a una especie de 2ªB, en cuanto a estructura de clubes y de presupuestos. Los que estamos arriba nos podemos equiparar a equipos de 2ª División en España.

-Hace un mes y medio de su llegada a Helsinki, ¿cómo ha sido el cambio?

-Imagínate, de estar en un club recién ascendido, con muchos problemas para mantener nuestro salario al día y para tener todas las facilidades necesarias para poder trabajar. En mi caso, el cambio fue del negro al blanco. Fue pasar de un club sin estructura a pasar a un club con más facilidades, más historia y más presupuesto, liderando la tabla y jugando en Europa. El cambio es radical. Hasta ahora, está todo perfecto.

-¿Encuentra similitudes con Vigo?

-Tenemos mar, que para mi día a día es importante tener un entorno similar al que me crié. Es una capital europea, pero no es excesivamente grande. Tiene todas las comodidades que necesitas, pensando en que todo está planteado para las temperaturas que hay. La vida está pensada de una forma tranquila, en casa o en centros comerciales. Es una ciudad muy bonita. Tiene encanto, pero pocas similitudes con Vigo.

-Con opciones de disputar la Europa League, ¿se imagina volver a casa para jugar contra el Celta?

-Sería la leche. Estaría muy bien, sin duda. Sería una oportunidad fantástica el poder ir a casa representando a otro club y jugar contra el equipo del que eres desde niño y en el que tuve la suerte de poder trabajar unos cuantos años. Pero tenemos que ser realistas. Para nosotros, cada eliminatoria que vamos pasando es un motivo de orgullo. En Finlandia, somos el equipo más grande, pero en Europa somos un equipo más que aspira de vez en cuando a entrar en la fase de grupos. Hay que estar muy bien en este mes, en el que si tenemos éxito en esta eliminatoria, tendremos una más y después un "play off". Depende mucho de la suerte que tengas en los sorteos para seguir adelante.

-De entrenador a entrenador, ¿qué opinión tiene del trabajo que está realizando Berizzo?

-Pocas cosas se pueden criticar al respecto. Ha tenido un comienzo difícil, donde se le miró con lupa creo que por coger el testigo de Luis Enrique, que quizá fue el hombre que dio ese salto de calidad que se necesitaba después del paso de Paco Herrera. La parte final de "Lucho" dejó un sabor de boca difícil de olvidar, incluso para los que estábamos trabajando allí. Berizzo tiene la culpa de haber enganchado a mucha gente, sobre todo en los partidos de casa. Creo que acertaron bastante en los últimos fichajes, se tuvo paciencia con jugadores como el "Tucu" y Marcelo Díaz. Poco a poco, ha sabido ir haciendo el equipo que quería para poder hacer el fútbol en el que él cree, bastante diferente a lo que se ve en primera división en España. El Celta vuelve a Europa diez años después, con lo cual, ha puesto el listón altísimo. Ojalá, se pueda mantener.