A estas alturas del culebrón, pocos dudan de que Nolito dejará el Celta este verano. Hasta en Plaza de España, que siempre ha manejado con suma cautela la interminable sucesión de rumores sobre la marcha del jugador, asumen que esta vez las posibilidades de retenerlo son remotas y trabajan desde hace algún tiempo en la búsqueda de un reemplazo de garantías. Será seguramente el mayor reto que tendrá que afrontar Felipe Miñambres en su primera temporada al frente de la dirección deportiva celeste.

Barcelona, Atlético de Madrid, Manchester City, West Ham o Milan hacen cola para pujar por el atacante celeste, cuya cotización internacional se ha disparado desde que Vicente del Bosque lo ha incluido en el once titular de la selección española que estos días participa en la Eurocopa de Francia. Cada día surge un nuevo pretendiente dispuesto a poner sobre la mesa los 18 millones de euros en que el Celta ha tasado su libertad.

Mientras tanto, Nolito se centra en el fútbol. Ha cumplido el sueño de niño de representar a su país en un gran torneo futbolístico y ha puesto sus cinco sentidos en realizar un buen papel en la Eurocopa, pues sabe que cuanto más brille con la selección en Francia más crecerán sus opciones de firmar con un club de primera fila mundial. Él nunca ha ocultado que su prioridad es el Barcelona, el club en el que se formó y en el que siente que mejor puede encajar. En Plaza de España sospechan, de hecho, que el jugador ha ordenado a su agente que retenga las ofertas hasta que concluya la Eurocopa a la espera de que el club azulgrana se decida por fin a hacer efectivos los 18 millones de su cláusula. Luis Enrique lo quiere, sus compañeros de filas en la selección española celebrarían su fichaje -Gerard Piqué ha llegado a decir que Nolito es una ganga en relación calidad-precio- y la afición azulgrana desea su vuelta, pero el club no parece tener del todo claro el negocio de pagar 18 millones por un jugador que frisa la treintena y no va a ser titular.

La impresión que tienen en Plaza de España es que Nolito esperará al final de la Eurocopa confiando en que el Barcelona mueva ficha. Si no lo hace, atenderá otras ofertas que le permitan mejorar tanto desde el punto de vista económico como desde el deportivo.

La situación no es nueva. Se repite como un mantra cada verano. La posibilidad de que algún equipo haga efectiva la cláusula de rescisión de Nolito ha flotado en el aire desde que completó su primera gran temporada en el Celta bajo las órdenes de Luis Enrique Martínez, el principal valedor de su fichaje por el Barcelona. Fue sin embargo el Everton, el primer club que se mostró dispuesto a pagar su cláusula, a la sazón 10 millones, pero Nolito rechazó irse a Liverpool y accedió a renovar con el Celta, que amplió su contrato hasta 2019 e incrementó su cláusula hasta los 18 millones.

El pasado verano se especuló con que el Barcelona y el Atlético de Madrid pagarían su cláusula, pero el equipo colchonero prefirió apostar por el argentino Luciano Vietto y el Barcelona no se decidió a abordar su fichaje. Sí hubo suculentas ofertas de China y Dubai que el jugador rechazó por ser deficientes desde el punto de vista deportivo.

La ofensiva del Barcelona por hacerse con Nolito se intensificó durante el pasado mercado de invierno, hasta el punto de que varios medios deportivos catalanes anunciaron a bombo y platillo su fichaje, que no llegó a concretarse por las inadmisibles condiciones de negociación que pretendía imponer el equipo azulgrana. Para no contravenir el tope de gasto estipulado en sus estatutos, el Barça pretendía hacerse con la cesión de Nolito e incluir en la operación una opción de compra (no obligatoria) por valor de la cláusula a final de temporada. La inflexible posición del Celta, que exigió el pago de la cláusula para desprenderse de su estrella, frustró la operación. No obstante, Nolito no llegó a cerrar con el Celta la renovación pactada en verano (que preveía un incremento de la cláusula hasta los 25 millones) por un desacuerdo en la comisión de su agente, según relataron ambas partes.

Las circunstancias han cambiado. El Barça dispone ahora de efectivo para abordar la contratación de Nolito; si el club catalán no mueve ficha, será otro gran equipo el que lo haga. Más que nunca, el Celta es consciente de ello y las últimas actuaciones del talentoso jugador sanluqueño con la selección le han puesto en la primera línea del escaparate. Nolito está en boca de todos.

Aunque Eduardo Berizzo ha repetido hasta la saciedad que la posible marcha de Nolito no le quita el sueño y el club, que dispondría de dinero fresco para contratar un sustituto, haría un negocio redondo, no va a resultar fácil encontrar en el mercado un futbolista de su talento y rendimiento. A esta dificultad se añade el problema de que el Celta debe encontrar un reemplazo para Nolito que encaje en su tope salarial, que no es precisamente de los más elevados de la categoría.

A las opciones que Miguel Torrecilla había perfilado para suplir a Nolito antes de comprometerse con el Betis se sumarán ahora las que ponga sobre la mesa Felipe Miñambres en el que previsiblemente será su primer gran reto como director deportivo del Celta.