Casi cuatro años separan ambos partidos. El Málaga fue el primer y el último rival de este Celta que no ha parado de progresar año a año. Del pasado domingo hasta aquel 18 de agosto de 2012 han pasado muchas cosas. De Paco Herrera a Berizzo en el banquillo; de Oubiña a Hugo Mallo como el portador del brazalete de capitán.

El once con el que el Celta regresó a Primera en 2012 // MARTA G. BREA

La reflexión entre ambas citas permite observar la progresión de este Celta. De tener dificultades por ganar a convertirse en una de las potencias del fútbol español. Y todo ello, todo ese camino, se ha logrado en menos de un lustro. De aquella soleada tarde del verano de 2012 sólo quedan en el conjunto vigués Hugo Mallo, Iago Aspas y Gustavo Cabral. Los dos canteranos sí participaron en el choque del pasado domingo. El moañés fue protagonista en la jugada del gol que desequilibró la balanza a favor de un cuadro celeste que recuperó la quinta plaza en detrimento del Athletic de Bilbao.

En el estreno de la máxima categoría en el coliseo vigués el Celta también había cuajado un buen partido. Tuvo opciones para sumar su primer triunfo en Liga y situarse líder provisional (fue el partido que abrió la competición), pero los celestes acabaron pagando la novatada. Un gran encuentro de Caballero y un tanto del camerunés Fabrice Olinga, que por aquel entonces tan solo contaba con 16 años, firmaban la derrota de los vigueses.

El joven Fabrice Olinga, de 16 años, marcó el gol de la victoria del Málaga // EFE

El estilo futbolístico era el mismo. Equipo valiente, de buen trato del balón, pero cuyo principal defecto era que pagaba con exceso sus errores. El choque ante el Málaga fue el mejor ejemplo. Buen partido, opciones de ganar, superior durante la mayor parte del choque, pero el adversario es el que se lleva los tres puntos. Esa fue la constante habitual de una campaña en la que se lograría una salvación histórica tras el desembarco de Abel Resino en el banquillo vigués.

Tras el milagro de la permanencia se abriría una etapa ilusionante para el Celta. La llegada de Luis Enrique situó al equipo vigués entre los diez mejores conjuntos de la Liga y con Eduardo Berizzo el cuadro celeste ha acabado por confirmar esa proyección con la clasificación a la Europa League. El Celta, cada año más, cada temporada mejor. Ha sabido sobrevivir a las marchas de sus futbolistas y la cantera sigue siendo protagonista. De hecho, dos de los tres supervivientes de aquella cita ante el Málaga -Hugo Mallo y Aspas- pasaron de debutar en la máxima categoría a ser de los hombres más destacados en sus respectivas demarcaciones. Su progreso individual también ha sido el de un equipo que abre ahora un nuevo desafío, consolidarse en la élite del Viejo Continente.